Tejer es una actividad ideal para cualquier persona que desee crear prendas únicas para sí misma, para regalar o producir ingresos extra. Es una actividad que además es muy beneficiosa para la salud, por ello, este hobby se ha empezado a conocer como lanaterapia.
El tejido de prendas es una de las labores más antiguas asignadas tradicionalmente a las mujeres; el cumplimiento de este rol era esencial para el resguardo de las familias; no obstante, con el surgimiento de la industria textil esta tradición fue desapareciendo en su totalidad.
En la actualidad tejer es una actividad recreativa para cualquier persona sin importar su género, no solo se obtiene el placer que aporta la creación o culminación manual de una prenda, pues estudios recientes revelan los múltiples beneficios que aporta la lanaterapia.
– Brinda efectos similares a la meditación
Cuando tejemos los movimientos de nuestras manos suelen ser repetitivos. No obstante, dependiendo de la complicación de la prenda, las personas suelen centrar su atención únicamente en el tejido.
Esta actividad de repetición y aislamiento ayuda a aliviar el estrés, puesto que estimula el sistema nervioso parasimpático, el cual es el encargado de transportarnos a un estado de relajación similar al que sentimos luego de realizar un esfuerzo o para llevar a cabo la relación sexual.
– Antidepresivo natural
¡Tejer mejora el estado anímico! Los niveles de dopamina en nuestro organismo suben cuando realizamos manualidades. Según una investigación publicada en The British Journal of Occupational Therapy, un 81% de los tejedores encuestados admitieron que se sentían más felices después de tejer.
– Alivia las dolencias de enfermedades articulares
El constante ejercicio de mover las manos, las calienta y les brinda alivio, por ello, esta actividad es tradicionalmente perfecta para las personas de edad madura que padecen de artritis o artrosis.
– Mejora la memoria y previene el envejecimiento mental prematuro
Para que nuestro cerebro se mantenga saludable es importante estimularlo. Estudios comprueban que el cerebro se adapta a las circunstancias. Realizar una actividad única, creativa y nueva ayuda a retrasar la demencia senil.
Cuando aprendemos un patrón y creamos una prenda contribuimos a mejorar la memoria, favorecemos nuestra capacidad de concentración, involucramos el procesamiento visual-espacial, asimismo, el lado creativo de nuestro cerebro.
Fuente: Culturizando