Señor director:

Como no entiendo mucho de economía, imagino que si no suben los tipos de interés, y disminuye el consumo, se evitarán tasas de inflación galopantes, como las sufridas, por ejemplo, en los años treinta en Alemania, o las más recientes de Argentina o Venezuela. Pero la vida democrática habrá decaído hasta extremos quizá más propios del Tercer Mundo. Hace casi medio milenio el temor al homo homini lupus estuvo en el origen del contrato social hobbesiano. Menos mal que la Ilustración impuso al Estado el deber de garantizar el ejercicio de las libertades naturales de los hombres: contrapunto efectivo al principio de seguridad. Montesquieu contribuiría a consolidar ese equilibrio mediante la doctrina y la praxis de la separación de poderes. El abuso de la excepción, la "muerte de Montesquieu”, conduce inexorablemente al abuso del poder, a la corrupción, a la muerte de la democracia. Porque la soberanía tiende al absoluto en la medida que se difuminan los contornos de la postmoderna "soberanía compartida”: organismos de control independiente, tribunales ordinarios y constitucionales, libertad de pensamiento y expresión, derecho a la movilidad, posibilidad de manifestarse y reunirse sin autorización previa.

Jesús Madrid
DNI 71.246.596