Con un irrenunciable compromiso social y su constante búsqueda de nuevos matices sonoros, el Dúo Orozco-Barrientos, retomó los escenarios realizando su gira Verano 2021, transitando Córdoba, San Luis y Mendoza. Después de haber tenido un encuentro memorable en la mítica La Calle Angosta de Villa Mercedes, el legendario boliche Don Miranda, un santuario de la cuyanía, la dupla llega hoy a compartir con los sanjuaninos sus nuevas canciones pertenecientes al espectáculo "Un diálogo entre el folklore y el rock".
Raúl "Tilín" Orozco, guitarrista sensible que no abandona sus raíces cuyanas, al contrario, las reivindica, dialogó con DIARIO DE CUYO acerca de la labor que lleva con Fernando Barrientos en valorizar la música regional; a sus referentes. Optimista y esperanzado, siente que los jóvenes talentos tomarán la posta y darán continuidad a la tradición cuyana.
– ¿Con qué espíritu emprendieron esta nueva gira nacional?
– Es impresionante, estamos felices y contentos. Todo está saliendo fenómeno. El equipo está entero y completo, sonamos muy bien y trabajando en nuevas canciones. Recibimos el aliento y el afecto de la gente de manera fervorosa. Fortalecemos los vínculos de amistad volviendo a los lugares que siempre nos atendieron con mucha generosidad.
– ¿La motivación y lo emocional son importantes en recuperar el contacto presencial con los espectadores?
– Exactamente. Hay que estar preparado espiritual y psicológicamente, teniendo una actitud positiva para encarar esta situación. Tiene que ver con superar día a día los inconvenientes que pueden aparecer. En este grupo, el diálogo es fundamental. No es que debemos soportarnos, tiene que ver con empatizar entre nosotros. Estamos acostumbrados a que un día nos comamos un faisán, pero al día siguiente comemos las plumas, porque no habrá para la cena. Lo vivimos así, hay dos opciones: o reís o llorás. En la vida del músico hay momentos embromados, siempre, pero hay que reponerse rápidamente para seguir jugando el partido. Eso se aprende cuando llevás kilómetros de ruta en la espalda.
– ¿Cuánto aprendieron de esta pandemia?
– Mucho. Cuando ves que mueren familiares y amigos propios a tu alrededor, te das cuenta a la fuerza que hay que cuidarse y cuidar al otro. Acá no hay ningún verso, nosotros amamos interactuar con el público, pero por el amor que tenemos con él, intentamos aconsejarle que tienen que cuidarse.
– ¿Hace falta que el artista musical contribuya a que la sociedad construya más empatía?
– Así es, porque el ser humano no debería caer en el "sálvese quien pueda". No puede seguir con ese egoísmo y ese individualismo que nos destruye. Si yo veo gente que no le importa de aquellos que están enfermos, de los viejos, de tanta gente que se está muriendo, entonces yo para esa gente no toco. Por otro lado, cuando el artista se relaja en sus laureles, ahí está en problemas. Se trata de que día a día, en trabajar por empatizar. Con Fernando lo hablamos mucho. ¿Hasta dónde los artistas nos tenemos que arraigar sólo en la necesidad de expresarse? No digo que sea importante hacerlo, pero también hay que mirar alrededor, no sólo en componer o en cantar para uno, sino también, en decir con canciones, lo que hay en nuestra realidad actual.
– ¿Sienten que trasladarán una herencia cultural a nuevas generaciones?
– Creo que sí, humildemente lo digo. Concebimos a la música de una manera muy nuestra y ya, varios grandes de la canción nos han honrado interpretando nuestras obras. Eso hace multiplicar la voz. Eso, es un privilegio enorme que tenemos.
– La tonada cuyana tuvo por mucho tiempo un gran estigma para tener espacio en grandes festivales, ¿cómo lograron romper barreras?
– Lo tomamos con mucha humildad, pero no hay que dejar de tener en cuenta, que la tonada fue más resistida dentro de las propias provincias. Cuando estuvimos hace poco en La Trastienda, Fernando cantó a Capella "Pensando en ella", toda la sala quedó conmovida y fue el coro de esa interpretación. Nunca había pasado algo así, aun con los más sagrados de nuestro folklore. Lo que pasa es que no salimos a competir. Podrán haber muchos prejuicios, pero, cuando la gente escucha tonadas, se emociona. Por eso, no seguimos con recetas eternas y tampoco somos tan pretensiosos. Sólo hacemos un aporte con una impronta diferente. Obviamente que no dejamos de respetar las raíces. Yupanqui dijo que "no hace falta atar al abuelo para que crezca el nieto".
– ¿Cómo ves el futuro de la música folklórica en los nuevos talentos?
– El futuro es promisorio, la posta estará en ellos, ellos darán algo interesante. Tenemos mucho que aprender de los jóvenes, puntualmente y de otros artistas del país y de afuera del país.
– ¿Qué puentes ligan al rock y a la canción cuyana?
– El puente es uno. Siempre hicimos música tradicional, ahora, podemos tranquilamente sentarnos a guitarrear con músico de otro palo. La cuestión radica en que hay que tener una actitud moral y tener respeto por el otro. A los que les molesta, son los interesados gerentes del tango, los gerentes del rock o los gerentes del folklore.
Si uno se queda con un solo verso o una sola nota, la vida se torna aburrida. En la variedad está el aprendizaje.
DATO
Dúo Orozco-Barrientos. El show será en La Kelita del Jockey Club San Juan esta noche a las 21,30. Entrada: $500.
