Un buque de guerra ruso realizó disparos de advertencia el miércoles para obligar a un destructor británico a abandonar las aguas rusas cercanas a Crimea en el Mar Negro, según informó el Ministerio de Defensa de Rusia.
El ministerio dijo que el buque de guerra ruso hizo disparos de advertencia después de que el destructor de misiles británico Defender había ignorado un aviso contra la intrusión en las aguas territoriales de Rusia. Dijo que un bombardero ruso Su-24 también lanzó bombas delante del barco británico para persuadirlo de que cambiara de rumbo.
El HMS Defender “recibió una advertencia preliminar de que se usarían armas si se violaban las fronteras estatales de la Federación de Rusia. No reaccionó a la advertencia”, dijo el ministerio citado por la agencia de noticias Interfax.
Según el ministerio, el incidente tuvo lugar frente a la costa del cabo Fiolent en Crimea, que Rusia anexó a Ucrania en 2014.
El Ministerio de Defensa ruso agregó que “un barco de la patrulla fronteriza hizo disparos de advertencia” y luego un avión Su-24 arrojó cuatro bombas a lo largo del camino del destructor.
El ministerio dijo que el barco abandonó aguas rusas después de que se dispararan los disparos.
Después del incidente, el Ministerio de Defensa de Rusia convocó al agregado militar británico, informó Interfax.
El Ministerio de Defensa del Reino Unido no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios realizada por la agencia The Associated Press. La Royal Navy dijo a principios de junio que el HMS Defender se había “desprendido” de su grupo de ataque que realizaba operaciones de la OTAN en el Mediterráneo para llevar a cabo “su propio conjunto de misiones” en el Mar Negro.
El pasado 14 de junio Rusia informó de que la Armada Rusa había iniciado el seguimiento del destructor británico y de la fragata Everton de la Marina holandesa tras el ingreso de ambos buques al mar Negro.
El incidente supuso la primera vez desde la Guerra Fría en que Moscú utilizó munición real para disuadir a un buque de guerra de la OTAN, lo que refleja las crecientes tensiones entre Rusia y Occidente.
Rusia se anexó la península ucraniana de Crimea en 2014, una decisión rechazada por la mayoría de los países del mundo. Rusia frecuentemente se queja de la presencia de naves de guerra de la OTAN en el Mar Negro cerca de Crimea y argumenta que es desestabilizadora.
Turquía, Grecia, Rumania y Bulgaria, todos miembros de la alianza, tienen costas sobre ese mar. Naves de guerra de Estados Unidos, Gran Bretaña y otros miembros de la alianza atlántica suelen navegar allí en una muestra de apoyo a Ucrania.