El Instituto Nacional del Teatro anunció las propuestas seleccionadas del Concurso Nacional Actividades Performáticas en Entornos Virtuales, una convocatoria realizada de mayo a junio de este año con el objetivo de contribuir a la creación de proyectos artísticos para que sean transmitidas por streaming o subido a plataformas digitales y redes sociales (YouTube, Instagram, Tik Tok, Zoom, Google Meet). Dentro de la región Cuyo, los artistas sanjuaninos que recibirán un subsidio por 25 mil pesos para cada proyecto son Juan Francisco López Bubica (Estupor de un cuerpo que aún late), María Julia De Nardi (Arder Casas), Adriana Cañizares (La Osa), Fabricio Montilla (En el zoológico), María de los Ángeles Pérez y José Emanuel López de El otro grupo Teatro (Caparazones de la sombra), María Lourdes Femenía (Bye pedí perdón) y Giselle Slavutzky (Último día de cumbia). Como el público y las compañías lentamente van volviendo a las salas con funciones presenciales. La iniciativa disparó el planteo sobre si tiene sentido hoy continuar practicando artes escénicas en la virtualidad. DIARIO DE CUYO consultó a algunos de los hacedores que fueron alcanzados por el beneficio y coincidieron que la virtualidad es una nueva herramienta para la creación y expresión estética que llegó para quedarse.
‘La virtualidad apareció como posibilidad de seguir generando teatralidades desde otro formato. No creo que reemplace al arte escénico, sino que es un complemento. El artista lo puede aprovechar como una opción más’, dijo López Búbica. Sin embargo, también evaluó si el público está o no dispuesto a elegir contenido online: ‘En parte acepta lo virtual. Pero estar frente a un dispositivo electrónico hace que se pierda cierto interés en las propuestas si el contenido tiene una duración muy extensa. Al optar entre uno u otro, el público siempre preferirá ir a la sala real’, señaló; y agregó que ‘lo bueno es que lo virtual puede fusionarse con lo presencial para crear formatos performáticos híbridos’.
Para los hacedores, el camino hacia la hibridación de lenguajes es ineludible. Por ejemplo, Slavutzky, a partir de su trabajo, que surgió de su ciclo Rehabitar de la Plataforma Danza San Juan, fue nutriéndose de varios vínculos con otros artistas de la música y de la realización audiovisual. Como resultado, pudo explotar las ventajas que tiene la cámara en escena: ‘En mi caso no hay competencia entre lo audiovisual y lo virtual con lo escénico y lo presencial. Creo que se incorpora una experiencia novedosa, la mirada de la cámara, sea fotográfica o de video. Hoy no se puede pensar una producción sin una estrategia comunicacional que involucre un soporte audiovisual. Más que hibridación, diría mejor un cruce de lenguajes’, opinó.
María Julia de Nardi, tiene una visión positiva de la virtualidad: ‘Es una herramienta nueva que requiere otro estudio y otra formación. No la descarto porque me ayudó a tener nuevas vinculaciones con otras redes de trabajo con las que hasta ahora no contaba. Aunque la mayoría de la gente busque lo presencial, es un desafío enriquecedor apostar a lo audiovisual’, comentó la profesora de danza, quien realizará con Paula Garcés su proyecto performático en un espacio público y será registrado en YouTube, probablemente en diciembre próximo.
Por su parte, Fabricio Montilla, llevará su experiencia de actuar en vidrieras de comercios barriales como una peluquería -realizada el año pasado-, a la pantalla a través de la video-performance ‘En el zoológico’. ‘El teatro tradicional ha tenido resistencia a los formatos virtuales. Pero este formato viene existiendo hace tiempo y lo elegimos por que nos da más libertad para crear. Un audiovisual sirve como carta de presentación a festivales y porque incentiva una presencia más profesional’, explicó; y amplió su postura al decir que el artista debe pensar más allá de las audiencias locales: ‘Está en uno si le interesa o no. A pesar que es más costoso producir para la virtualidad que para la presencialidad, lo bueno es que el material queda como registro permanente en Internet y puede ser visto hasta en China. Las producciones pueden no pensarse para el público sanjuanino, así que hay que mirar de manera más global’.
Finalmente, Maru Pérez, de El Otro Grupo, propone obra apoyada en contenidos didácticos, en este caso, concientizar sobre educación sexual integral. ‘Considero que el audiovisual tiene un lenguaje muy potente para llegar al público, sobre todo la temática que trabajamos. Lógico que no reemplazará lo presencial, pero resulta efectivo como apoyo para llegar a nuevas audiencias y acortar distancias’, contó la productora y docente. Aunque no deja de lado montar en escena en instituciones educativas, piensa que los recursos audiovisuales y escénicos pueden resultar perfectamente combinables.
En definitiva, para los artistas locales, la pandemia fue un detonante que potenció todo un proceso que se venía gestando hace tiempo en el campo virtual. Así que, aunque la actividad presencial se está reactivando, no abandonarán esta posibilidad. Al contrario, consideraron que son formatos de creación que pueden convivir armoniosamente y potenciarse. En este sentido, dependerá que cada propuesta sea lo suficientemente atractiva para el espectador.