Puesta en escena. Martín recita versos gauchescos ataviado con trajes tradicionales. Impecable, siempre llama la atención del público.

 

Con voz firme y bien modulada no duda en decir que el recitado le sale del corazón. Que siente cada verso y que lo que más le gusta es ver cómo la gente se emociona con sus palabras. Apenas tiene 16 años, vive en Baldes del Rosario, en Valle Fértil, y está convencido de querer dedicarse a recitar versos gauchescos. Sus recitados causan furor en todo el pueblo y ya participó de varias fiestas populares. Además, deleitó en Buenos Aires cuando fue a participar de los Juegos Evita, en el rubro Teatro, donde recibió una mención junto a sus compañeros.

Martín es un adolescente más en su grupo. Pero su pasión lo distingue del resto. Desde que tenía 9 años, cuando dijo ante el público su primer verso, se dio cuenta que esa era una faceta que tenía que explotar. Y para eso trabaja muchas horas y se prepara. Ahora está haciendo un curso de locución de fiestas populares y animación. El muchacho vive en un pueblo que no tiene ni señal de celular. A veces, cuando consigue señal de internet, puede tener acceso a lo que pasa en el resto del mundo. Pero eso no lo incomoda. Es que dice que para él lo más importante es hacer que las tradiciones no se pierdan. Por ello, cada vez que sube al escenario a desparramar palabras dichas con mucho sentimiento, lo hace luciendo trajes gauchos. Bombacha impecable, camisa al tono, sombrero y pañuelo al cuello. Martín sabe que la puesta en escena es tan importante como lo que dice.

El adolescente estudia en la escuela Fuerza Aérea Argentina, en la villa cabecera. Se jacta de haber participado de los festivales más importantes del lugar como es la Fiesta del Queso y el Quesillo.

Todo empezó cuando tenía 9 años cuando una maestra le dio un verso para recitar y se le ocurrió la idea de que lo hiciera en versión gauchesca. Desde entonces no paró. Así empezó a recorrer los escenarios locales donde fue ovacionado.

“Siento cada estrofa. Siento profundamente cada palabra que sale de mí. Digo cuentos, pero las letras son tan profundas que me causan conmoción. Recitar me llena el espíritu. Es difícil de explicar”, dijo Martín.

Cada verso que dice tiene su historia. Si bien en general realiza recitados de autores anónimos dijo que su referente es el Pampa Oberá, un rosarino cuyo verdadero nombre es Alberto Parisi y que se dedica al recitado y además es payador. “Mi padrino artístico es uno de los recitadores más reconocidos de Valle Fértil y es quien me guía y enseña. Se trata de Jorge Castro. Él me da versos y me apoya en esta carrera”, aseguró el muchacho.

Martín vive en Baldes del Rosario, un pueblito vallisto que está a 44 kilómetros de San Agustín. Vive con sus papás y con su hermana. Toda la familia está involucrada en la actividad que realiza el muchacho. Martín contó que todos lo apoyan. Su mamá extrae las letras y se las pasa y su hermana lo ayuda a estudiar. Mientras que su papá lo acompaña a las fiestas.

“Lo que más me impacta es ver a mi padre que se emociona con cada verso que digo. Para mí esa es la mejor recompensa. Es lo que me da ganas de seguir haciéndolo”, agregó. Martín es el centro de las fiestas, dijo que en cada juntada de amigos le piden que recite y él no duda en hacerlo. Es por todo esto que se ve en un futuro no lejano vivir del recitado.