Angustiada. Graciela Brito se mostró muy triste por lo que le pasó. Los estafadores se aprovecharon de su ingenuidad y le sacaron alrededor de $150.000 que le había pedido a una cuñada. Ahora los tiene que devolver.

 

Enferma de artrosis, asma y diabetes, la chimbera Graciela Brito (60) creyó que esa llamada sería la solución a todos sus problemas y necesidades. Pero su ilusión se convirtió en una pesadilla de la que ahora busca salir vendiendo pizzas y empanadas para así poder saldar los $150.000 que perdió en un "cuento del tío".

Todo comenzó una tarde del 16 de julio último, cuando cerca de las 15 sonó su celular. Graciela en ese momento estaba atendiendo su pequeño almacén que tiene en su casa del Barrio Virgen de Fátima (ex Lote Hogar 23), en Chimbas, donde vive con su esposo Domingo Salinas (60). El número tenía característica de Buenos Aires, pero ese no fue un impedimento para atender. Según la mujer, del otro lado se presentó un hombre con acento porteño que le dijo que se llamaba Ismael Blanco y que se comunicaba con ella para informarle que había ganado el Telekino al salir sorteado su número de celular, y que le correspondía cobrar $165.000 y un televisor Smart TV.

"Cuando nos dijo eso con mi esposo nos pusimos muy contentos. Nos preguntó si queríamos el efectivo y le dijimos que sí", relató Graciela.

Con la presa entre sus manos, el sujeto empezó a dar rienda a su chantaje, aprovechando la ingenuidad de la necesitada víctima. "Nos dijeron que para poder recibir el premio tenía que depositar plata para blanquear un trámite en la AFIP", recordó.

Esa misma tarde la mujer hizo en un Pago Fácil el primero de muchos depósitos, que según sus cálculos, en total fueron más de 10. El dinero, siempre entre 10.000 y 20.000 pesos, iba a parar a cuentas de Córdoba y Buenos Aires cuyos números le dictaban por teléfono. 

Para hacer más creíble la farsa y poder seguirle sacando plata, en uno de los llamados hasta se hicieron pasar por el supuesto "gerente" del Banco Central. "Me decían que, por una ley, mientras más plata dejara más iba a recibir y que me iban a dar 500.000 pesos", dice y a medida que avanza con su relato se amarga más. 

Sin embargo, el dinero prometido nunca llegaba y siempre había "algo" a pagar. Así fue que el viernes 23 de julio, 7 días después del primer llamado, antes depositar otros $50.000 que supuestamente faltaban para cobrar el premio, a su esposo le entró la duda, fueron hasta la Policía y se dieron cuenta que habían sido estafados.

Además de sus ilusiones por el piso, el drama de Graciela es que ahora tiene que devolver alrededor de $150.000 que le fue prestando su cuñada. Apenas puede sobrevivir gracias a su pensión por discapacidad y lo poco que le deja el almacén, por lo que ahora hace pizzas y empanadas para vender.

"Con ese dinero íbamos a dejar la casa al día, pero ya está. Ahora solo quiero que los encuentren para que a nadie le pase lo mismo que a mi", cerró muy entristecida. Desde la Policía le dijeron que casi que no hay forma de recuperar el dinero.