Mirando al extranjero, Domingo Faustino Sarmiento había entendido la importancia de conocer con exactitud cuántas personas vivían en el país y bajo qué condiciones, para tomar decisiones que involucraran a todos e implementar cambios. Por eso, durante el gobierno de Bartolomé Mitre impulsó la idea de organizar el Primer Censo Nacional, a través de la creación de una Ley Especial. Finalmente el operativo fue implementado por orden del sanjuanino, a sólo 6 meses del inicio de su presidencia y sirvió para fomentar una enorme campaña de inmigración y la creación de 800 escuelas. Este sábado, se cumplen 150 años de la primera jornada de aquel histórico suceso, que duró 3 días y cambió al país.
Aquel sondeo, que se desarrolló bajo la dirección de Diego de la Fuente entre el 15 y el 17 de setiembre de 1869, permitió conocer datos numéricos precisos por primera vez. Estableció que el territorio argentino era habitado por 1.877.490 personas (sin contar los pueblos originarios). Y si bien arrojó gran cantidad de datos fueron dos los que desvelaron al entonces Presidente de la Nación. Por un lado, la gran cantidad de territorio desocupado. Por otro, las enormes cifras de analfabetismo y pobreza. De inmediato, Sarmiento tomó cartas en el asunto.
Teniendo en cuenta que el 71% de la población era analfabeta y que el 75% vivía en condiciones de pobreza, Sarmiento reunió con carácter de urgencia a su gabinete, integrado por Dalmacio Vélez Sarsfield, Mariano Varela, Martín De Gainza, José Benjamín Gorostiaga y Nicolás Avellaneda, siendo vicepresidente de la República, Adolfo Alsina. Con ellos discutió urgentes medidas contra ambas "calamidades", según él mismo las definió. Consideró entonces, que a las medidas correctoras había que tomarlas de manera conjunta, porque estos problemas estaban estrechamente relacionados.
Sarmiento fue tajante en este sentido: "Señores ministros, ante los primeros datos del censo, voy a proclamar mi primera política de Estado para un siglo: escuelas, escuelas, escuelas…".
Como consecuencia, la educación fue una prioridad desde 1869 hasta 1960. Sarmiento creó en ese lapso 800 escuelas, logrando que se pasara de 30 mil a 110 mil el número de escolares e instalándose los colegios nacionales de enseñanza secundaria en distintas provincias.
Trajo de Estados Unidos a 61 maestras primarias y fundó las primeras escuelas normales. En 1870, por ejemplo, creó la Escuela Normal de Paraná (Entre Ríos), primera escuela normal del país y cuna del magisterio argentino. Además, subvencionó la primera escuela para sordomudos, que era privada. A todo ello sumó las escuelas de agronomía, arboricultura y de minas, entre ellas la actual Escuela Industrial dependiente ahora de la Universidad Nacional San Juan.
Sumado a eso, implementó una importante medida a través de la Ley de Subvenciones de 1871, que estableció que, las herencias sin sucesión directa y un octavo de las ventas de tierras públicas iban a fondos para la creación de nuevas escuelas y compra de materiales y libros.
Las cifras del censo demostraron también que la Argentina era prácticamente un extenso desierto porque no se llegaba a contar ni siquiera un habitante por kilómetro cuadrado. Con estos números en la mano, el Gobierno se dispuso a fomentar la llegada de inmigrantes, ofreciendo tierras y auxilios, política.
Así, durante su gestión, el sanjuanino logró que unos 100 mil extranjeros, sobre todo europeos, llegaran al país. A la vez, consiguió realizar la primera Exposición Nacional de la Industria con 2.600 expositores, logrando que, al final de su mandato hubiesen 70.000 máquinas y herramientas, es decir el 1.200 por ciento más que cuando asumió.
Fuera de estos aspectos, el censo sirvió también para analizar nuevamente la cantidad de diputados nacionales que debía tener cada provincia. En ese entonces, la Constitución Nacional estipulaba que debía elegirse 1 diputado cada 20.000 habitantes o por una fracción que no baje de 10.000. Se detectó entonces que, según ese cálculo, el total de diputados debía ser 86, en lugar de los 50 que había en ese momento.
Al respecto, De la Fuente analizó en el informe que escribió tras el sondeo que “la base impuesta por la Constitución no parece la mejor. Tiene el inconveniente de aumentar indefinidamente el personal de una de las cámaras, sin ventajas reales que compensen esto. Así, a poco andar, no habrá local suficiente para contener a las diputaciones”. Y ofreció alternativas para modificar ese artículo constitucional, que después fueron tenidas en cuenta.
Los antecedentes del Primer Censo Nacional
Hasta el momento de la realización del operativo desarrollado en todo el país, los cálculos de población habían sido siempre estimativos y realizados a ojo por cronistas, historiadores o viajeros. Se supone que poco antes de la llegada de los españoles habitaban este territorio alrededor de 300.000 indígenas. Y algunos cálculos indican que, para 1810 la población ascendía a poco más de 400.000 habitantes.
En 1810, por iniciativa del Dr. Moreno, se ordenó un censo de las provincias del virreinato, pero sólo se llevó a cabo en Buenos Aires y de modo incompleto. Más tarde, la Asamblea General Constituyente de 1813, decretó la formación de un empadronamiento prolijo de todos los pueblos, pero tampoco se concretó.
Durante la presidencia del general Justo José de Urquiza, su ministro Santiago Derqui ordenó un censo general, pero no fue bien sistematizado y fracasó en muchos pueblos. Resultó una mera enumeración y sólo se desarrolló en 8 provincias.
Eso, hasta la presidencia de Bartolomé Mitre, en la que, por iniciativa de Sarmiento, se dispuso la realización del Primer Censo Nacional a través de una ley especial que se implementó durante la gestión del Maestro de América.
* Fuentes: Informe oficial sobre el censo que Diego de la Fuente envió en 1872 al entonces Ministro del Interior, Dalmacio Vélez Sarsfield; datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC); y archivos periodísticos.