Variados son los estudios que han demostrado los múltiples beneficios que tienen los más pequeños de la casa al criarse con alguna mascota, en este caso, un perro. Son múltiples las historias que viven juntos, estableciendo un lazo de amor incondicional prácticamente envidiable.

Pese a ello el inconveniente puede surgir cuando se tiene el perro antes que el bebé en casa. Ante ese panorama es lógico que surjan algunas dudas y temores sobre la relación entre ambos, mucho más si la mascota la tienes desde pequeña y se ha criado como un niño más. Para que tu mascota se adapte bien al cambio con la llegada del nuevo integrante de la familia, repasamos algunos tips que te podrían ayudar.

Adapta al animal al cambio desde el embarazo

Te comprendan o no, es importante hablarle a tu mascota y que de cierta manera sea parte de los cambios en el hogar. Los expertos insisten en la importancia de que la adaptación sea gradual y se produzca durante los meses de gestación. Si esperas a que nazca el bebé para aplicar ciertos cambios, el animal lo asociará como algo negativo.

Si además tu mascota suele ser algo rebelde, con problemas de conducta, nervioso o le cuesta obedecer, es importante que consultes a un educador canino, quien te podrá orientar con ciertas pautas para corregir el comportamiento del animal antes de la llegada del bebé.

Respeta sus horarios y rutinas

Si tu perro suele ser un animal muy activo, que necesita paseos para gastar energía o similar, es importante que lo tengas en cuenta ante la llegada del bebé, ya que quizás no cuentes con la misma disponibilidad de tiempo.

Es importante que busques algún miembro de la familia, amistad o incluso un vecino que pueda ayudarte en los paseos caninos. En el caso de no conseguir a nadie, quizás deberías pensar en buscar algún paseador o similar, de modo que la mascota no sufra las consecuencias de la falta de actividad, o desarrolle un comportamiento agresivo por el cambio de rutina.

Acostúmbralo al mundo de los niños

Si tu mascota ha tenido contacto con recién nacidos o niños quizás este no sea un problema, pero si no es así deberías considerar acostumbrarlo a olores y sonidos, para que, al llegar el bebé a casa, le resulte una situación familiar.

Esta preparación la puedes realizar por medios de distintos estímulos. Puedes reproducir algunos audios de bebés llorando, y mientras eso sucede, pasa tiempo con tu mascota para que asocie el llanto a algo positivo. También guía a tu perro para que reconozca las cosas del bebé como el cochecito, su habitación y los juguetes.

La presentación, como un miembro más de la familia

Sin importar la cantidad de tiempo que hayas estado fuera de casa mientras se producía el nacimiento del nuevo integrante de la familia, debes tener en cuenta que tu mascota te estará esperando, por lo que, al regresar, la recomendación es acariciarlo primero y luego realizar la presentación en un ambiente relajado y tranquilo.

El primer contacto no debe ser forzado y procura que haya otra persona a tu lado, para controlar a tu perro en el caso de que se altere o quiera jugar. Deja que el animal lo olfatee todo lo que necesite. Si detectas alguna actitud agresiva o combativa, no te preocupes, ya que puede ser el impacto del primer encuentro, pero si la misma permanece, no dudes en consultar a un profesional de inmediato.

No dudes en poner límites, sin llegar al extremo

Seguramente antes de la llegada del bebé tu mascota fue el centro de atención, de los mimos, de los juegos, pero las cosas cambiaron y es momento de ser más firme en las órdenes, pero procura no confundirlo con retos o gritos, ya que el animal puede interpretar que se lo está rechazando y eso puede afectar su salud y su conducta.

Una vez que pasen algunos meses, tanto tu perro como tu bebé podrán establecer una relación más directa, incluso convertirse en compañeros de aventuras y mejores amigos, siempre bajo la supervisión de un adulto.