Antes de iniciarse la carrera, frente al escenario donde los equipos pasaban a registrar sus firmas, los aficionados de Chimbas miraban de reojo primero y se acercaban curiosos después a mirar un Toyota Yaris que se exponía bajo un gazebo y retiraban un folleto. Posiblemente algunos compren un auto y otros sólo soñarán con él, pero mirarlo, admirarlo y tocar esa flamante máquina roja de origen japonés es una de las posibilidades que les da la Vuelta a San Juan.
Ayer recibió un reconocimiento antes de la largada y disfrutó, luego de toda la etapa, Daniel Herrero, presidente de Toyota Argentina. "Estoy muy feliz de que nuestra empresa sea parte de un espectáculo de tanto nivel internacional como es esta Vuelta", comentó mientras buscaba una sombra para evitar los inclementes rayos del sol.
La empresa que fabrica 140 mil unidades anuales ("la mosca blanca de la industria argentina" como la definió en una nota de Infobae, aportó 40 movilidades para la carrera. Un par de camionetas SW4 y el resto modelos Corolla y Yaris (los mismos que se aportaron a los Juegos Olímpicos de la Juventud) son los que ornamentan la caravana multicolor de la carrera. "Nuestra idea es apoyar toda manifestación deportiva importante", afirmó el empresario bonaerense.
Solos en la tarde
La amplia calzada de la Avenida Joaquín Uñac, en Pocito, será la ruta donde se disputará hoy la tercera etapa de la Vuelta. La contrarreloj, que habitualmente se realizaba en la Avenida de Circunvalación, se mudó al departamento sureño por dos motivos: los arreglos en la autopista que rodea a la Capital y el hecho que mucha gente se incomoda porque le cierran un día entresemana una arteria que les permite agilizar sus traslados.
Serán 12 kilómetros, ida y vuelta al Sur, desde frente a la entrada de la empresa Maverick. Son totalmente llanos y entre los candidatos a quedarse con ella están el austríaco Mattias Brändle (Israel Cycling Academy) y el líder de la general, Julian Alaphilippe.