Sentada en una silla a la intemperie, amamantando a su bebé de dos meses y mirando con tristeza su casa, Brisa Núñez aún estaba sorprendida y dolida al ver cómo quedó su vivienda luego de que el lunes un transformador cayera producto del viento. Y, mientras los obreros entraban y salían de su casa, y el sonido de un taladro que levantaba el piso de la vivienda hacía que charlar fuera difícil, la chica que tiene 20 años contó que recibieron ayuda del ministerio de Desarrollo Humano y la municipalidad de Pocito. "Además, la gente de Energía San Juan nos está arreglando el techo y están sacando el piso, porque el lugar está contaminado por el aceite del transformador y nos dijeron que eso es peligroso", dijo la joven que además tiene un nene de 2 años.
Tras pasar la noche en la casa de los padres de Brisa, la joven pareja y sus hijos se trasladaron a su humilde vivienda para tratar de recuperar algunas pertenencias. "Llegamos temprano y la gente de Energía San Juan nos ayudó a sacar las cosas. Nos dijeron que lo que está manchado con aceite no podemos volver a usarlo. Es decir que perdimos toda la ropa de los niños y la nuestra. Las zapatillas de mi hijo quedaron llenas de ese líquido", dijo Brisa y contó que ni las puertas les sirven pues estaban salpicadas con ese producto. Por su parte, desde el ministerio de Desarrollo Humano comentaron que ellos asistieron con colchones, camas, mercadería, ropa y calzado para que puedan volver a empezar, al igual que la municipalidad de Pocito, que hizo una entrevista a la familia para poder ayudarlos con los trámites administrativos con la empresa de energía.
"Nos dijeron que tenemos que presentar una documentación para que terminen de hacerse cargo de los arreglos", dijo Gabriel Gómez, el esposo de Brisa.