Que el trapero "Nahu ww" (20) confesara haber sido el autor del único disparo que terminó con los días de su eventual rival en una pelea barrial el pasado 29 de agosto en la Villa del Sur, Chimbas, representó una puerta abierta para los demás implicados en el homicidio de Matías "Pochi" Maurín (26). Entre esos implicados había tres menores de entre 16 y 18 años (uno es su hermano), que ayer pudieron volver a sus casas por decisión del juez de Menores, Jorge Toro, que los tenía en la mira como presuntos coautores de ese asesinato y les dictó falta de mérito por no haber pruebas suficientes en su contra.
Así lo confirmó el abogado César Jofré, quien había solicitado el sobreseimiento de su defendido, luego de aportar prueba de que ese chico había estado en un cumpleaños y que llegó a la casa del trapero, su amigo, cuando el conflicto ya estaba instalado.
Jofré planteó que, en caso de no hacer lugar a su pedido de desligar al menor que defendía, el juez aplicara la "teoría del delito residual", pues el hecho de que Sosa confesara haber empuñado el arma calibre 22 para ultimar a Maurín, sólo dejaba en pie otros delitos menores (lesiones, amenazas) en los que también correspondía hacer cesar las medidas protectivas contra su cliente, es decir hacer cesar su internación en el Instituto Nazario Benavídez.
El pasado 2 de diciembre, el trapero admitió que disparó y mató a Maurín, porque varias pruebas le jugaban en contra. Además de un testigo protegido, hubo una pericia encargada por la UFI de Delitos Especiales que coordina el fiscal Adrián Riveros, en la que se concluyó que la bala calibre 22 extraída del cuerpo de Maurín había sido disparada por un arma secuestrada en la casa del cantante. La investigación sirvió también para confirmar los dichos de la hermana del trapero, Brisa Guardia Sosa (18), quien insistió en que ella no fue parte ni de la pelea ni del homicidio porque estaba en otra parte. En consecuencia, Fiscalía pidió que fuera desligada para siempre con un sobreseimiento.
El trapero, en cambio, recibió 10 años y 8 meses por ese homicidio, que se consideró agravado por el uso de un arma de fuego. Y como el joven ya tenía otro castigo de 10 meses en suspenso (sin encierro) por daño agravado que le aplicaron el 19 de febrero pasado, al final ambas condenas se le unificaron en una de 11 años y 6 meses de cárcel.
La investigación del crimen de Maurín se concretó con dos sistemas de procedimiento: el nuevo sistema acusatorio adversarial con relación al homicida y el régimen especial para menores, que es prácticamente un calco del "viejo código de procedimiento", que aún sigue vigente para varias causas.
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Pizzero "asesino", más complicado
Los jueces Martín Heredia Zaldo, Víctor Hugo Muñoz Carpino y Miguel Dávila Safe (Sala I, Cámara Penal) desestimaron la apelación de la defensa y confirmaron la decisión del juez de Instrucción Guillermo Adárvez, quien había procesado con prisión preventiva el pizzero Jorge Luis Barahona (44), como presunto homicida de su amante, la jubilada Hilda Tobares (65).
El asesinato fue alrededor de la 1,20 del 18 de diciembre de 2020 en la casa de la víctima en Villa Ramos, Chimbas.
Esa vez, la mujer murió luego de recibir 12 heridas.
Ambos se habían conocido por lo menos en junio del año pasado y hasta ahora se desconoce qué razones pudo tener Barahona, que nunca dio su versión, para liquidar a su amante.