Un operativo de militares y policías enfrentó este martes a manifestantes partidarios de Evo Morales para intentar despejar el acceso a una refinería en la ciudad boliviana de El Alto y escoltar a camiones cisterna hacia la vecina La Paz.
Con apoyo de un helicóptero, una caravana de vehículos blindados de las Fuerzas Armadas de Bolivia se dirigió a media mañana, hora local, a una refinería de la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) en esta ciudad del altiplano.
El medio boliviano Página Siete reportó que seguidores de Evo Morales derribaron unos muros de la refinería en la zona de Senkata y luego fallecieron tres personas por disparos con armas de fuego y resultaron heridas otras 30, de acuerdo con la Defensoría del Pueblo.
Las muertes habrían ocurrido luego de que partiera la caravana de camiones y los movilizados se acercaran a las paredes de la planta para derrumbarlas con explosiones, que serían de dinamita. En respuesta, los militares que custodiaban el recinto de YPFB comenzaron a disparar gases lacrimógenos y balas. Testigos denunciaron que los disparos salieron el interior del complejo petrolero.
Las fuerzas del orden emplearon material antidisturbios como gases lacrimógenos para dispersar a grupos que desde hace unos días bloqueaban la carreteras de acceso, en la que habían instalado barricadas con la quema de neumáticos.
Los policías y militares escoltaron después un convoy de camiones cisterna para abastecer a la vecina ciudad de La Paz, donde desde hace varios días escasea el combustible.
Los manifestantes siguen en la zona, donde mujeres indígenas habían pedido de rodillas a las fuerzas del orden que no hubiera violencia, llevando en sus manos la whipala, una bandera multicolor de las comunidades originarias.
“Militares sí, policías no”, “fuera policías”, fueron algunas de las consignas coreadas por manifestantes con las manos en alto, mientras frente a ellos la Policía Militar intentaba dialogar para calmar la situación.
Estos grupos mantienen su apoyo a Evo Morales, asilado en México, y piden la renuncia de la presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez.
El Alto es la segunda mayor ciudad de Bolivia, con cerca de un millón de habitantes, y es uno de los bastiones electorales de Morales, en una urbe con tan solo 34 años de existencia en la que residen muchos emigrantes de zonas rurales.
El CONFLICTO EN BOLIVIA
Los militares y policías realizan operaciones conjuntas desde el pasado 11 de noviembre, para frenar la violencia en el país, donde desde tras los fallidos comicios del 20 de octubre murieron al menos 24 personas y 715 resultaron heridas, según datos oficiales.
El pasado 10 de noviembre Evo Morales anunció su renuncia tras casi catorce años en el poder, forzado por las Fuerzas Armadas, y al día siguiente salió hacia México, donde está asilado.
Las protestas comenzaron al día siguiente de las elecciones entre denuncias de fraude a favor de Evo Morales, que fue proclamado vencedor para un cuarto mandato consecutivo pero renunció tras un informe de la Organización de Estados Americanos que advirtió graves irregularidades en los comicios.
La renuncia de Morales ha sido calificada como "golpe de Estado" por varios gobiernos y políticos latinoamericanos.
Otros países han reconocido al Ejecutivo interino de Jeanine Áñez, mientras que parte de la comunidad internacional ha instado al diálogo sin pronunciarse sobre la crisis política.