Barajar y dar de nuevo. Donald Trump anuncia en la Casa Blanca el cepo al pacto nuclear con Irán que en 2015 firmó su antecesor, Barack Obama, con el régimen de Teherán y las principales potencial mundiales.

 

 

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció ayer que no volverá a certificar el acuerdo nuclear con Irán, firmado junto con las principales potencias del mundo en 2015, lo que obligará al Congreso norteamericano a debatir y votar si Washington se mantiene dentro del convenio o si impone nuevas condiciones, una opción que desató críticas de sus socios europeos, Rusia e Irán.

Aunque formalmente estas son las opciones legales del Congreso, Trump le pidió específicamente al Poder Legislativo que revise el acuerdo nuclear, firmado en 2015 junto a Irán, Reino Unido, China, Rusia, Francia y Alemania, y corrija los "defectos graves" del texto negociado internacionalmente para que Teherán "nunca, nunca, obtenga un arma nuclear".

En concreto, le pidió a sus aliados republicanos en el Congreso, que controlan ambas cámaras, que establezcan límites unilaterales o "líneas rojas" que garanticen, según su visión, el cumplimiento del acuerdo nuclear.

Por la ley vigente, el Capitolio tiene 60 días para ratificar el pacto y aprobar cualquier cambio. Pese a las constantes denuncias de la Casa Blanca, todos los otros países firmantes del acuerdo sostienen que Teherán está respetando los compromisos asumidos hace dos años.

Por eso, desde Teherán y con un mensaje extremadamente duro, el presidente iraní, Hassan Rohani, le contestó a Trump y le aclaró que "no es posible que un solo país no certifique el acuerdo", un texto que es "un documento internacional, ratificado por el Consejo de Seguridad de la ONU". Trump "no sabe que ninguna cláusula o ley puede ser agregada al JCPOA (sigla del nombre completo del acuerdo)", explicó Rohani y le sugirió al presidente estadounidense que tome clases de derecho internacional, además de historia y geografía, según un mensaje a la nación televisado.

La jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini, coincidió con Rohani y destacó que "no está en manos de ningún presidente de ningún país del mundo ponerle fin" al acuerdo.

Sin embargo, Trump fue contundente en su discurso de ayer al adelantar que, si el Congreso estadounidense no logra modificar el acuerdo o si sus aliados internacionales no lo aceptan, el pacto "será cancelado" y advirtió que él puede suspender el pacto cuando quiera, algo que sus socios y rivales internacionales, la oposición demócrata y la mayoría de los analistas especializados en el tema no comparten.

El mandatario norteamericano argumentó que la República Islámica no está respetando "el espíritu" del acuerdo, cuyo cumplimiento fue debidamente certificado por el Organismo Internacional de Energía Atómica, la institución designada por el texto negociado por las principales potencias del mundo durante dos años.

Pese a esto, el presidente estadounidense sentenció: "No seguiremos por un camino cuya conclusión predecible es más violencia". El presidente de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado, el republicano Bob Corker, ya anunció que en las dos próximas semanas presentará un proyecto de ley sobre el acuerdo nuclear internacional con Irán. Los detalles que tendrá este texto legislativo no están claros aún.

En los últimos días, ante la posibilidad de que Trump no certificara el acuerdo nuclear y le otorgara la posibilidad al Congreso de salirse del pacto, líderes, diplomáticos y analistas europeos, rusos e iraníes hicieron lobby y pidieron públicamente que se evite una suspensión del acuerdo de Irán y advirtieron sobre las posibles consecuencias desestabilizadoras que eso podría conllevar, especialmente en Medio Oriente. Pero estos pedidos y advertencias no surtieron ningún efecto.

Qué lo motiva
 

Esta nueva estrategia de Trump se centra en "neutralizar" la influencia desestabilizadora de Irán y constreñir su agresión, en particular su apoyo al "terrorismo" islámico. También hace hincapié en actividades no nucleares, como el programa de misiles balísticos y su apoyo al régimen sirio del presidente Bashar al Assad.