En el Palacio Duhau Park Hyatt. Trump y Xi Jinping cenaron junto a 14 asesores de EEUU y China. Buscan ponerle fin a la guerra comercial.

 

 

Los presidentes de Estados Unidos y China, Donald Trump y Xi Jinping, respectivamente, cenaron anoche en Buenos Aires junto con un grupo de 14 asesores, en un encuentro que puede ser clave para contener la guerra 
comercial en la que están inmersas ambas potencias y que afecta a la economía global.

Durante casi dos horas y media, los dos mandatarios se juntaron en uno de los salones privados del Palacio Duhau Park Hyatt, el lujoso cinco estrellas de Recoleta donde se hospedó el mandatario estadounidense durante su estadía en Buenos Aires por el G-20.

En medio de una comida de tres pasos y de un buen vino argentino, los dos líderes de las mayores economías del mundo dieron el primer paso hacia un acuerdo que ponga fin a la escalada arancelaria y tranquilizar a los mercados e inversores internacionales.

Trump presentó el encuentro como una oportunidad única para que Xi acepte sus exigencias de reforma de las prácticas comerciales chinas o, de lo contrario, sufra nuevos aranceles a productos chinos.

"Nuestra relación es muy especial y creo que esa es una razón por la que acabaremos consiguiendo algo que será bueno para China y bueno para EEUU", dijo Trump al empezar la cita. Xi, sentado frente a Trump y flanqueado por sus asesores en una larga mesa rectangular, destacó su "amistad personal" con el presidente estadounidense y le pidió colaborar con él para garantizar la salud de la economía global.

"Solo con cooperación entre nosotros podemos impulsar el interés de la paz mundial y la prosperidad", aseguró Xi en sus breves declaraciones.

En su intervención del viernes, ante sus socios del G20, Xi dijo que las grandes economías "deberían defender el libre comercio y un sistema comercial multilateral basado en reglas". Sin embargo, en un guiño a los reclamos de Trump, el mandatario chino prometió hacer más para abrir la economía de China.

"Continuaremos profundizando las reformas de mercado, protegiendo los derechos de propiedad y de propiedad intelectual, alentando la competición justa y haciendo más para expandir las importaciones", agregó.

Trump acusa a China de robar tecnología estadounidense y le exige abrir más su mercado a los productos de los Estados Unidos y poner fin a su exigencia de que las compañías extranjeras se asocien con compañías chinas para operar.

El presidente republicano ha deplorado hasta el cansancio el enorme déficit comercial de su país con China, que el año pasado llegó a los 336.000 millones de dólares, y reclama que Beijing deje flotar su moneda para permitir una esperable apreciación del yuan.

Los aranceles aplicados por Trump subirán al 25% el 1 de enero, y Xi quiere que esto se aplace mientras se sigue negociando un acuerdo más amplio. Por lo pronto, no se informó de los resultados del encuentro tras el cual Trump emprendió regreso a EEUU. En Washington le espera la ardua tarea de preparar el funeral de Estado para el expresidente George Bush (padre) que falleció a los 94 años en su rancho de Texas.