Hace un poco más de medio año, la vida de Camila Moreno cambió por completo. Fue diagnosticada con cáncer y en septiembre del 2021 comenzó con quimioterapia que logró culminar este lunes 28 de marzo. Sus seres queridos premiaron su incansable lucha con una sorpresa: la esperaron afuera del hospital para celebrar el fin de una dura etapa.
En agosto del 2021, la joven que en ese entonces tenía 16 años sintió una molestia en la garganta y fue al médico para saber de qué se trataba. La medicaron contra una infección pero la inflamación no se fue y regresó, tal como se lo habían recetado. Luego de varios análisis más específicos, la derivaron a Oncohematología Pediátrica del Hospital Rawson para inciar un tratamiento tras ser sometida a una operación, ya que en un escaneo que le realizaron le detectaron una masa en la garganta y en parte del pecho compatible con gángleos cancerígenos.

Ella recuerda que afrontó quimioterapia con mucho miedo y dudas porque "era algo nuevo" pero con el firme pensamiento que iba a poder superarlo. "Comencé en septiembre y las sesiones duraban 4 horas. Debía hacerlo una vez cada 14 días", contó y agregó que el tratamiento no sólo afectó su sistema inmunológico "porque estás débil" sino también su rutina diaria.
Tuvo que continuar el cursado mediante la virtualidad y sus compañeros y su preceptor del Colegio María Auxiliadora fueron los que la ayudaron a que recibiera el material para poder estudiar. Además, por tener las defensas bajas en reiteradas oportunidades su tratamiento se alargó y dejó de ir a hockey sobre césped, deporte que practica desde los 4 años.

La más pequeña de tres hermanos, recibió gran contención de sus padres Ana García y Francisco Moreno; y de su novio Francisco Martín, quienes en un momento clave se unieron para demostrarle su amor. Ella estaba perdiendo el pelo y decidió cortarse el pelo: su novio y su papá también lo hicieron. "Todos me raparon un poquito y en un momento mi novio se pasó la maquinita por la cabeza. Mi papá apareció al otro día igual", recordó con emoción.
Pero nunca se imaginó que la gran sorpresa la iba a tener a la salida de última quimio. Amigos del barrio y del club, compañeros del colegio y familiares se unieron para esperarla en las puertas del hospital con carteles y mucho amor para celebrar que había culminado su lucha contra el cáncer. Además, su novio, quien estaba en un partido de hockey sobre patines en Mendoza, se acercó a la transmisión en vivo de un canal deportivo y desplegó un cartel con un bonito mensaje.
Las lágrimas de alegría no faltaron en una especial visita que recibió de sus seres queridos pero destacó que ahora debe esperar el alta tras un último chequeo que se realiza en Mendoza, para descartar célular cancerígenas en su cuerpo. De igual manera, se ilusiona y se llena de fuerzas pensar en regresar al colegio y hacer girar la bocha con su stick.
