@realDonaldTrump no va más. Así lo decidió Twitter que suspendió la cuenta del Presidente saliente de los Estados Unidos de forma permanente, tras las escandalosas publicaciones que hizo el magnate durante los disturbios que se registraron en el Capitolio el miércoles. El argumento es que temen que desde su perfil continúe incitando a una mayor violencia.
Una decisión similar ya había sido tomada por Facebook horas atrás cuando la compañía que dirige Mark Zuckerberg decidió suspender su cuenta por tiempo indeterminado en esa red social y en Instagram. Sin embargo, es probable que lo que más le duela al magnate es haberse quedado afuera de la red “del pajarito”, su predilecta.
Trump utilizó Twitter de forma exitosa durante la campaña que lo llevó a ocupar la presidencia y lo siguió utilizando como principal canal de comunicación ya en el cargo. Ahora, en su lugar, aparece un vacío con la leyenda: “Cuenta suspendida”. Esta es la primera vez que la compañía toma una determinación con una figura pública del tamaño del estadounidense.
El principal argumento de la determinación es que Trump incumplió las reglas durante lo que definieron “los horribles eventos de esta semana”, en relación a la invasión de simpatizantes del mandatario a la sede gubernamental. “No se puede usar Twitter para incitar a la violencia”, indicó de forma tajante el comunicado publicado en el blog oficial de la empresa.
Luego, hicieron un repaso por las publicaciones que hizo el Presidente mientras el caos se apoderaba del Capitolio. Aunque fueron eliminadas minutos más tarde, son el principal argumento que tiene Twitter para demostrar que el usuario incumplió las normas cuando se daba el asalto al Capitolio, que resultó en cinco muertos, al menos trece policías heridos y todo tipo de destrozos en la sede del Legislativo.
En el primero, Trump llamó “patriotas” al grupo de violentos que irrumpieron en el Congreso para impedir que los senadores se expidan sobre el resultado de las elecciones, que él mismo había cuestionado, un comportamiento que ya había provocado que Twitter eliminara varios de sus tuits durante los comicios.
“Los 75 millones de grandes patriotas estadounidenses que votaron por mí tendrán una voz gigante de cara al futuro”, les prometió y los arengó: “No se les faltará el respeto ni serán tratados de manera injusta de ninguna manera”. En ese momento, los directivos de la red social suspendieron la cuenta.
Pero, tras recuperarla, el Presidente volvió a la carga al anunciar “a todos los que han preguntado” que no irá a la asunción de Joe Biden, el 20 de enero.
Twitter consideró que ese anuncio “lo están recibiendo muchos de sus seguidores como una confirmación de que las elecciones no fueron legítimas y como una marcha atrás de su compromiso previo” con una “transición ordenada”.
Además, ese tuit también “puede servir como aliento a quienes puedan estar considerando actos violentos (al dejarles claro) que la investidura sería un objetivo ‘seguro’, porque él no asistirá”, añadió la compañía.
La red social recordó que ya han empezado a difundirse, dentro y fuera de Twitter, “planes de futuras protestas armadas, incluida una propuesta para un ataque secundario al Capitolio de EE.UU. y edificios de capitolios estatales el día 17 de enero”.
“El uso de las palabras ‘patriotas estadounidenses’ (en el primer tuit) para describir a algunos de sus seguidores también se está interpretando (en la red) como apoyo a aquellos que cometieron actos violentos en el Capitolio”, continuaron los responsables de la red social.
Por último, indicaron que la promesa de que sus seguidores tendrán una “VOZ GIGANTE en el futuro” y que “no se les faltará el respeto” se está tomando en las redes como una señal de que Trump “no planea facilitar una ‘transición ordenada’”, sino seguir “apoyando, empoderando y escudando a quienes creen que ganó las elecciones”.
Se trata de una medida extraordinaria por parte de Twitter, que durante años se negó a censurar tuits de Trump por considerar que estaban en el interés público dada su condición de Presidente, pero recientemente empezó a etiquetarlos con advertencias de que contradecían los hechos o datos oficiales, sobre todo en lo relativo a los resultados de las elecciones de noviembre.