"Nada ha cambiado, excepto mi actitud, por eso todo ha cambiado", es la frase de cabecera de Mariana Benegas, religiosa consagrada que en San Juan lleva adelante el Proyecto MAPA (Mujeres Aprendiendo a Ayudarse), un espacio en el que la herramienta base es la escucha mutua y donde la dignidad y valorar la propia vida son los ejes. "Un cambio de actitud a tiempo puede salvar una vida, esto es lo que trato de transmitir a estas mujeres que pasan por momentos de oscuridades, que entiendan la necesidad de que ellas estén bien, la importancia de una sanidad psíquica, la autoestima y la valoración", cuenta Mariana, quien desembarcó en la provincia en 2015 tras un largo camino de ayuda a las mujeres en Chaco, Corrientes y Formosa, con MAPA.
"Yo trabajo con la mujer y como consagrada las acompaño en su dolor, en particular a quienes son víctimas de la violencia de género. En principio ellas me llaman, van a mi casa y en ese tiempo yo las escucho", dice. En tiempos de hiperconectividad y de redes sociales, pero al mismo tiempo tan desconectados de las relaciones interpersonales, impacta como algo tan simple como escuchar al otro puede ser tan trascendental. Mariana hace eso: dedica de 45 minutos a 1 hora a escuchar a las mujeres que lo necesiten y dependiendo de la situación, los encuentros pueden ser cada una o dos semanas durante tres meses.
En ese tiempo aplica no sólo su entrega como sierva de Dios, sino también sus amplios conocimientos pedagógicos y en Psicología Social, herramientas para que estas mujeres "se pongan de pie y asuman su propia historia" tal cual ella define. Mariana también tiene una intensa tarea con las mujeres del Penal de Chimbas, acompañando la obra del sacerdote Eduardo Gutiérrez Bonduel.