El fuerte olor se hace sentir desde lejos. Una gran laguna con el agua verde y podrida, con botellas, pañales, papeles y cualquier tipo de residuos flotando o esparcidos a su alrededor. Además de yuyos y juncos que crecieron ayudados por la humedad. La laguna es un nido de mosquitos y, según los vecinos, hace poco también comenzaron aparecer sapos. El baldío está ubicado en el barrio Teresa de Calcuta, en la zona Norte de Pocito, y el reclamo es de vieja data.
Está ubicado donde mucho años antes supo pasar el tren y donde hasta hace 12 años estuvo el asentamiento Madre Teresa de Calcuta. Pero hace 2 años que ese lugar, que divide a ese conglomerado con la Villa San Vicente, comenzó a convertirse en un foco infeccioso. El agua que se junta en ese sector, ubicado frente a la manzana Z del barrio, proviene de un caño roto de agua potable. Según los vecinos, reclamaron a OSSE hace 2 años y siguen sin respuestas, incluso en pleno contexto de sequía.
"Estamos cansados de reclamar porque ya no se puede vivir. Ahora cuando empiecen los primeros calores no sé qué vamos hacer. Los mosquitos son enormes, ahora empezaron a aparecer sapos en el baño y el comedor de mi casa. Encima que tenemos que lidiar con el coronavirus, ahora nos tenemos que cuidar del dengue", comentó Silvana Álvarez, una vecina que vive justo frente a ese campo.
Personal de la Municipalidad de Pocito levanta los residuos pero no es la solución total, pues las vecinas se quejan de que gente del barrio continúa tirando basura. "No alcanzan a levantar y ya hay gente tirando más basura pero no les podemos decir nada porque es para inconvenientes, más de una vez me han insultado por reclamarles", comentó Claudia Cortez, quien vive en la manzana X, también frente al predio.
Desde el municipio, el coordinador de la Zona Norte, Mario Garay, reconoció que el problema del agua data de hace unos dos años pero dijo que lo debe solucionar OSSE. "Nosotros más no podemos hacer. Una vez por semana van dos máquinas a levantar la basura que los mismos vecinos tiran, hay veces que sacamos cinco camiones de residuos. Pero lo del agua estancada es OSSE quien lo debe solucionar", manifestó.
En un año donde la sequía se agrava en la provincia y que incluso obligó a las autoridades a realizar pozos para aumentar la disponibilidad de agua para riego, parece no importar en el barrio Teresa de Calcuta. Allí además del caño roto que desemboca en ese terreno, también suelen romperse las llaves externas de las casas. "Siempre tenemos las calles inundadas por ese motivo. Si no tenemos soluciones definitivas se nos va romper el pavimento que hace unos meses estrenamos", comentó Cristina Marinero.
Desde OSSE ayer le dijeron a este medio que iban a atender el reclamo y recién hoy brindarían un diagnóstico al respecto.
Mientras, las vecinas imploran por una solución definitiva y se ilusionan con que algún día ese sitio donde hoy abundan los mosquitos y sapos, sea un espacio verde con juegos para los chicos y aparatos para hacer gimnasia.
"Este barrio está repleto de niños que no tienen dónde jugar porque las plazas también están destruidas y abandonadas", concluyó Silvana Álvarez, madre de siete niños.