Sin chances. Las lesiones por el choque habrían dejado a la pareja con pocas chances luego de que el vehículo se sumergiera en el desagüe.

 

Eduardo Sánchez se disponía a operar con las compuertas del canal para regar en su finca de Angaco, cuando se topó con una escena que lo llevó a sospechar lo peor: un auto ruedas para arriba, casi por completo sumergido en ese profundo desagüe (tiene al menos 4 metros) al Norte de calle Divisoria. Eran las 8,20 de ayer y enseguida llamó a la Policía. Instantes después, su presentimiento se confirmaría de manera doblemente desgraciada: en el interior de ese Volskwagen Vento estaba una pareja sin vida: el dueño del auto, Emiliano Mereles (25), y su novia desde el último año y medio, Gimena Castro (19).

Él era colectivero en la empresa Albardón; ella estaba por terminar la secundaria y su sueño profesional era convertirse en psicóloga. Ambos eran vecinos, vivían a la vuelta en la Villa El Salvador, en Angaco, y habían salido a buscar algo para la comida a eso de las 22,20 del lunes, explicó ayer el padre de la joven, Daniel Castro, destruido.

Emiliano Mereles (25) y Gimena Castro (19).

 

Según el hombre, perdieron contacto telefónico con ellos cerca de la medianoche (por eso suponían que se accidentaron a esa hora) y salieron a buscarlos por todos lados: "Pasé por acá (el lugar del siniestro) tres veces y no vi el auto, hasta el dique (de Ullum) anduve buscándolos", dijo. Gimena era la segunda de sus tres hijos; su novio, el menor de tres hermanos, comentaron sus familiares.

El  padre de Gimena y otros familiares quebrados por la tremenda pérdida.

 

¿Cómo terminaron en el zanjón? Para los pesquisas de la UFI de Delitos Especiales ayer comandados por el fiscal coordinador Adrián Riveros y el fiscal Francisco Micheltorena, la principal hipótesis es que el joven transitaba hacia el Norte por Mitre y que al llegar al puente de un canal paralelo a Divisoria (corre de Esta a Oeste y viceversa), pasó de largo (al parecer sin tocar Divisoria) y terminó en el desagüe. La puerta entreabierta del lado del conductor parecía indicar que Mereles intentó salir y no lo consiguió.

"Estas muertes se podrían haber evitado. Hace rato que con los vecinos venimos pidiendo que pongan luz en ambas calles, porque son muy usadas por gente humilde San Martín y Caucete para ir al hospital de Angaco. Son calles de tierra y ripio y de noche son la boca del lobo, espero que ahora den una solución", criticó el finquero Sánchez.