Bauke Mollema surgió de la escuela del Rabobank, que luego se convirtió en Team Blanco y Belkin. Según el periodista español Ivan Vega, ‘pareció uno de tantos de esa hornada de cachorros holandeses que acomodados y entre algodones nunca acaban de explotar el talento que muestran de jóvenes, como ocurrió desde los tiempos inmemoriales de Breukink a los más recientes de Gesink o Teo Bos’

Quien escribe en el sitio de Internet ‘Joan Seguidor’, cuenta que el ganador de la Vuelta a San Juan aparecía dentro del pelotón como un corredor correcto, serio, que no contagiaba como ocurre con otro tipo de ciclistas. 
‘Mollema parecía llevar el mismo camino, pero incluso con recalcitrante obsesión por los puestos. En el pelotón puebla todo tipo de especie, los hay arrojados como Kwiatkowski que corrieron el Tour como si fuera una clásica diaria y otros que amarran y amarran un séptimo puesto como si les fuera la vida, un año sí, al otro también, haciéndose acreedores de una notable regularidad aunque sin brillo alguno’, explica en el perfil que le realizó luego del último Tour de Francia, donde el holandés de 30 años y 1,82 metros de altura, escoltó durante siete etapas al triple ganador de la ‘ronda gala’, el británico Chris Froome.

Vega, quien reconoció que el ciclista holandés no terminaba de conformarlo, por entender que era un ciclista serio, pero insulso, escribió que luego del pasado Tour notó un cambio en la actitud. ‘Dio el salto. Cambió el chip. Por eso su caída faltando dos días para que terminara la carrera tuvo visos de injusticia. Pudo ser el siguiente holandés en el podio de París tras Steven Rooks (segundo en 1988) y Erik Breukink (tercero en 1990. ‘Fijaros qué lejos suenan esos nombres’, afirmó el cronista.

El buen estado de forma con el que terminó el Tour le permitió tener revancha una semana después cuando ganó la Clásica de San Sebastián, en el país Vasco. Y para Vega fue su cambio de actitud: ‘Mollema comprobó que su sentido táctico vestido de valentía puede darle más alegrías que la racanería (amarretismo) que lo caracterizó en su campaña’.

Mollema, quien será jefe de filas del Trek-Segafredo en el Giro del Centenario, empezó su décimo segundo año como profesional con una victoria que lo motiva de cara a la ‘corsa rosa’.

Premiación de alta escuela

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El Centro de Convenciones Guillermo Barrena Guzmán fue el sitio elegido por la organización de la 35ta Vuelta Ciclista a San Juan para hacer entrega de los premios a todos los ciclistas que clasificaron en las distintas etapas y en la general de la carrera. 

Allí se coronó a Bauke Mollema (arriba), como ganador de la clasificación general, a todos los ganadores de las distintas clasificaciones: El Bahrain-Merida, como líder entre los equipos, a los ciclistas Franco López (metas de montaña), Nicolas Naranjo (metas sprint), Egan Arley Bernal (general sub-23) y Ricardo Escuela (mejor sanjuanino y argentino clasificado).

También recibieron sus premios los 20 primeros clasificados en la general y etapas. La fiesta no terminó allí. Concluyó con una cena realizada en el Centro Cívico.