Ayer antes del mediodía, falleció Tomas Felipe Carlovich. "Trinche", como lo conocía el mundo del fútbol, estaba siendo intervenido quirúrgicamente de un edema cerebral que le produjo la cobarde agresión sufrida en la noche del martes cuando fue objeto del robo de su bicicleta.

Quien para muchos fue mejor que Maradona (Diego) tenía 74 años y no pudo recuperarse de los golpes recibidos en su cabeza en el momento del robo. Un testigo del hecho dijo que un par de muchachos "le pegaron una trompada y cuando cayó dio de lleno con su cabeza contra el piso".

Tenía una técnica exquisita y el "caño" doble era sello personal.

Internado desde ese momento en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez de Rosario, Carlovich inició la cuenta regresiva de su existencia. A la conmoción cerebral se sumó un infarto que superó el pasado miércoles. Estaba en coma inducido y como la inflamación no cedía, los médicos decidieron operarlo. Y quien con la pelota gambeteó al mundo, se encontró con un rival que no se "comió" el engaño de su amague: la muerte.

Cuentan que cuando César Luis Menotti lo convocó a la Selección, en ese entonces jugaba en Independiente Rivadavia, Carlovich no asistió porque se quedó pescando. "Muchas cosas se dicen de mí -explicó alguna vez el Trinche- pero no fue para tanto. No me acuerdo que me hayan llamado y hace poco tiempo, cuatro años, aprendí a pescar, me enseñó mi yerno", dijo en 2012. Hizo todas las inferiores en Rosario Central, club en el que debutó en 1969 jugando un par de partidos y del que quedó libre porque el técnico Miguel Ignomiriello no lo tenía en sus planes. En 1970 jugó seis meses en Flandria que jugaba en la Primera C. En el "71 firmó en Central Córdoba, donde empezó a tomar forma su leyenda. En 1973 ganó ascendió con "El Charrúa" a la Primera B. Unos meses después dictó cátedra de fútbol con un combinado rosarino que venció a la Selección Argentina que dos meses después jugó el Mundial de Alemania (ver aparte).

Mendoza fue la otra ciudad privilegiada de verlo en acción. Jugó un año y medio en Independiente Rivadavia (1976 y 77). Las lesiones no lo dejaron jugar nada más que dos partidos en Colón de Santa Fe en el "77. Volvió a Mendoza, para jugar un año en el Deportivo Maipú y desde 1979 al "83 cerró su carrera en Central Córdoba a quien comandó a su segundo ascenso a la B en 1982.

Desde ayer el "Trinche" se convirtió en leyenda.

 

Puros elogios

 

CÉSAR LUIS MENOTTI – Ex DT de la Selección Argentina

"La pelota lo llevaba a Carlovich. Era como si hubiera una pelota inteligente que disfruta de hacer cosas artísticas y arrastraba atrás a un futbolista con toda la picardía del barrio encima".

 

UBALDO MATILDO FILLOL – Campeón Mundial 1978

"Lo descubrí en el amistoso que jugamos con la Selección que yo integraba. Ese día la descosió. Tenía un dominio de pelota y un panorama increíbles. Fue el mejor cinco que vi en mi vida".

 

 

Dirigió el "baile" a la Selección

 

La leyenda de Tomás Felipe Carlovich comenzó a instalarse con fuerza la noche del 17 de abril de 1974, cuando el seleccionado argentino que se preparaba para jugar dos meses después el Mundial de Alemania enfrentó en un amistoso a un combinado rosarino.

Cinco jugadores de Rosario Central, cinco de Newell"s y el "Trinche" Carlovich como invitado para mantener el equilibrio de mitad y mitad de los dos gigantes rosarinos.

Esa noche fue imparable: le metió "un caño de ida y vuelta", su especialidad, al 5 de la selección argentina, el "Oveja" Roberto Telch.

"Fue una victoria contundente del combinado rosarino por 3 a 1, con "baile" según coincidió toda la prensa al día siguiente. En la cancha de Rosario Central, el equipo anfitrión formó con Biasutto, Pavoni y Mario Killer; González, Carlovich y Capurro; Robles, Aimar, Obberti, Mario Zanabria y Kempes.

Una anécdota ocurrida en el entretiempo de ese partido pinta lo dura que fue esa noche para los jugadores "albicelestes": los medios rosarinos de la época se regocijaron al contar que el técnico de la selección, el "Polaco" Vladislao Cap, se acercó a la dupla técnica local, integrada por Juan Carlos Montes y Carlos Timoteo Griguol, con un pedido de clemencia: "Por favor, muchachos, saquen a ese 5".