El empresario del transporte Ricardo Salvá volvió a estar involucrado en un siniestro vial, esta vez sin consecuencias fatales como el que había protagonizado en 2013, cuando con su vehículo mató a un nene de 10 años.
El hecho ocurrió a las 15,47 del último miércoles, en el cruce con rotonda de Conector Sur con Comandante Cabot, en Capital. El expresidente de Sportivo Desamparados y uno de los dueños de la empresa de colectivos "El Triunfo" chocó en su Toyota Hilux a dos hermanos en moto que tuvieron que ser trasladados de urgencia al Hospital Rawson. A Diego González (34) ya le dieron el alta, pero su hermano Adrián (36) anoche continuaba internado, fuera de peligro pero muy dolorido por las lesiones que sufrió en casi todo el cuerpo.
"Le venía tocando bocina, hizo el amague como que iba a frenar pero se mandó nomás", dijo el menor de los hermanos, quien conducía su moto Appia 150cc por el Conector en dirección al Sur. Salvá guiaba la Hilux por Comandante Cabot hacia el Oeste.
El antecedente negro de Salvá remonta al 22 de julio de 2013, en calle Nuche cerca de Ameghino, también en Capital. En su auto Audi atropelló y mató a Kevin Malla (10), hecho por el que en septiembre de este año fue condenado por el Primer Juzgado Correccional a 3 años de prisión en suspenso (sin encierro) y 7 de inhabilitación para conducir. Sin embargo, fuentes judiciales afirmaron ayer que continúa habilitado para manejar porque el fallo aún no está firme.
"Lo único que quiero es que mi hermano salga bien de esto. Después que la Justicia se haga cargo del hombre de la camioneta", dijo Yésica, hermana de las víctimas. Adrián, el que sigue en el hospital, tiene un retraso mental moderado y además padece diabetes. El martes asistió a la escuela especial a la que concurre, pero la directora pidió a su familia que lo fueran a buscar porque le dolían los pies por unas ampollas que le salieron. Diego fue en su moto a buscarlo y en eso que pretendía llevarlo hasta su casa en el Barrio La Estación, en Rawson, sufrieron el accidente. El conductor de la moto sufrió la luxación del dedo pulgar de la mano izquierda y politraumatismos, y a las horas recibió el alta. Adrián en cambio terminó con traumatismo de cráneo, escoriaciones varias y politraumatismos, además de quemaduras en brazos y piernas por el arrastre en el asfalto, dijo su hermana.