Juan Manuel Campillo, ex ministro de Hacienda de Santa Cruz, ex titular del ONCAA y señalado como un presunto "valijero k", se convirtió en el nuevo arrepentido de la causa de los cuadernos, según pudo saber Infobae. El ex funcionario, que está preso desde fines de noviembre, cambió de abogados, pidió un defensor oficial y estuvo en la tarde del viernes pasado ante el fiscal Carlos Stornelli -que junto al juez Claudio Bonadio viene impulsando la investigación judicial del año-.
Campillo brindó detalles sobre la investigación iniciada a partir de las anotaciones del chofer Oscar Centeno. En ese expediente, se investiga a una presunta asociación ilícita -liderada por Néstor y Cristina Kirchner y Julio De Vido- que recaudaba coimas de empresas vinculadas a la obra pública.
A Campillo lo acompañó el defensor oficial Gustavo Kollman, el mismo que asiste a otros implicados en la causa, como al ex secretario de Obra Pública José López, quien también estuvo hoy por tribunales.
Aunque todavía no trascendieron detalles sobre su aporte, las fuentes señalaron que la fiscalía no ocultó su sorpresa por la gran cantidad de información aportada y encontró "muy valioso" el contenido de las declaraciones del ex funcionario.
Ahora, se espera que el acuerdo sea homologado por el juez Claudio Bonadio para que quede confirmada su calidad de imputado-colaborador. Por el momento, Campillo sigue detenido.
Campillo está preso desde fines de noviembre, acusado de haber participado en el lavado del dinero que pasó por las manos de Daniel Muñoz, el ex secretario privado de Néstor Kirchner que falleció en 2016 y movió mas de 70 millones de dólares al exterior.
Se lo acusa de haber participado del desguace de las sociedades que se habrían usado para lavar dinero en Estados Unidos una vez que estalló el escándalo Panamá Papers y apareció la pista de la ruta del dinero. Allí se lo vinculó.
Al ser detenido, los investigados encontraron una carta que escribió para Cristina Kirchner pidiéndole "hablar" y prometiendo "cuidar" sus espaldas. "Quiero hacerte saber que podés contar conmigo para lo que estimes conveniente y o te sirva. Seguramente sabrás encontrar un lugar donde servir para este viejo soldado que no conoce la palabra traición ni tampoco la palabra deslealtad", había dicho en aquella carta que nunca llegó a mandar y que publicó Infobae hace unas semanas.
El 22 de noviembre, cuando le tocó declarar en su primera indagatoria, Campillo aseguró: "No soy un valijero k". Afirmó además que no participó de la operatoria de lavado de dinero de los más de 70 millones de dólares vinculados a Daniel Muñoz, aseguró que sus viajes a Miami en el año 2015 y 2016 fueron por turismo y buscó desvincular a su sobrino, Gastón Campillo,que también está preso en esta investigación.
Stornelli sostiene que hubo "una estructura jurídica, societaria y bancaria en la Argentina y en el extranjero, con el fin de canalizar, convertir, transferir, administrar, vender, disimular y o poner en circulación en el mercado fondos de procedencia ilícita, presumiblemente originados (en la causa de los cuadernos) y convertirlos integrarlos al circuito económico formal bajo apariencia de licitud todo ello desde al menos el año 2010 y con vigencia en la actualidad".
Según la acusación, de esa estructura participaron Muñoz, ya fallecido en 2006; su viuda, Carolina Pochetti, detenida; la ex pareja Sergio Todisco y Elizabeth Ortiz Municoy (ambos arrepentidos); Carlos Cortez (preso) y Carlos Gellert y Perla Puentes Resendez, (otra pareja que reside en el exterior y aun no fue detenida). A ellos se les sumaron después otros involucrados como el contador de los Kirchner Víctor Manzanares, el abogado de Pochetti Miguel Plo y el propio Campillo, ahora pidiendo ser reconocido como imputado-colaborador.