
En estos tiempos donde el egoísmo y el mercantilismo son moneda corriente entre la gente en general, hay hombres y mujeres que marcan la diferencia. De ellos surgen actitudes generosas y llenas de amor, dignas de que toda la sociedad las imite. Uno de esos ejemplos de solidaridad y amor al prójimo lo brinda Julio Leal, quien a sus 68 años, se gana la vida con los servicios de paseos en caballo que ofrece a los turistas que van al paraje de Ceferino Namuncurá, en el departamento San Martín. "Los niños son mi vida”, dice y repite con convicción Julio, quien tiene 5 hijos que ya son adultos y son "la luz de mis ojos desde siempre”. Desde hace unos 30 años trabaja en la crianza de caballos. Primero tuvo uno y lo prestaba. Luego, con la compra de una yegua se fue acrecentando la familia de este amante de los caballos y los niños.
Como a cualquier trabajador, más aún quienes trabajan en zonas rurales, a Julio no le sobra nada. Siempre campeando las circunstancias y poniéndole el hombro al trabajo. Pero más allá de su situación laboral, su debilidad son los niños, y entre ellos, aquellos que son especiales o con capacidades diferentes. Es así que este gaucho de los pagos de sanmartinianos, los pasea en forma gratuita cada vez que se presenta la ocasión. Fue así que desde que se despertó este polo turístico en San Martín, lo invitaron para que participara en el lugar. Conocedor de la zona, Julio tiene un pedido para las autoridades. Y, es que se pueda crear un circuito para pasear a caballo, en especial para cuando se trate de niños y dentro de este aspecto a los niños especiales. La solidaridad de este hombre de campo, empieza por poner en primer lugar a los niños especiales.
