
Transitando por calle Santa Fe, antes de llegar a Entre Ríos, nos encontramos con un flamante edificio de características únicas, con una arquitectura moderna, digno de las grandes capitales. En ese ámbito estarán las nuevas oficinas de la Dirección del Registro Civil y Capacidad de las Personas, lo que nos lleva a expresar nuestras felicitaciones a las autoridades provinciales que hicieron posible esta magnífica obra, en beneficio de los sanjuaninos.
Haciendo un poco de historia se puede recordar que gobernaba nuestra provincia el Dr. Anacleto Gil cuando se creó la Ley del Registro Civil para nuestra Capital, naciendo simultáneamente la de Trinidad, que funcionó desde el 4 de febrero de 1883.
El registro Civil debe su origen a la necesidad impuesta por un nuevo régimen legal de gran trascendencia jurídica con un afán democrático y de ordenamiento demográfico. Esta función que hasta 1883 pertenecía en forma inherente a los registros de las iglesias, que es la que llevaba los libros y los asientos de bautismos, matrimonios, defunciones, pasó luego al ámbito civil.
Hay que destacar que las parroquias cumplieron a través de los años aquella misión en forma magistral. Gracias a ellas los investigadores han podido rescatar datos importantes para la reconstrucción de sus biografías, noveladas. Creada la Ley de Registro Civil, la Iglesia continuó con su registro de levantamiento de datos y continuó aportando en ese sentido.
El Registro Civil de la Capital funciono desde el 2 de febrero de 1883, dos días ante que el de Trinidad. Se cumple este año el 135º aniversario de aquel acontecimiento.
La primera acta de nacimiento labrada en las oficinas de Trinidad decía así:
"En el Departamento de Trinidad, a cuatro días del mes febrero de mil ochocientos ochenta y tres a las 8 y 40 minutos de la noche, ante mi Cireno Avendaño, encargado del Registro Civil, compareció don Melquiades Coria, natural de este Departamento, de profesión agricultor, con el objeto de que se inscriba en el Registro a mi cargo, el nacimiento de un niño de cuya existencia certifico por habérseme manifestado en este acto: y al efecto como padre el declaro: que dicho niño había nacido en la casa del declarante el día diecinueve de noviembre de mil ochocientos ochenta y dos a las diez de la mañana, que es hijo legitimo del declarante y de su esposa doña Eulogia Picón…..".
El niño llevaba el nombre de Félix Isabel. Dicha acta hace mención a los abuelos, los testigos, ocupaciones y domicilios, cerrando el acta el protocolo de forma.
Por Leopoldo Mazuelos-Corts Ex dirigente vecinal
