Estaba acostumbrado a manipular nafta, porque en la dura tarea de conseguir unos pesos para mantener a su joven pareja y a sus dos pequeños hijos, Mauricio Baginay (24) no sólo empleaba su camioneta para hacer ocasionales fletes: cuando la situación apremiaba, no tenía ningún problema en cortar el pasto y hacer otros trabajos con una máquina que, justamente, precisaba de una mezcla de nafta y aceite para funcionar. En la Policía estaban convencidos ayer de que Baginay estaba justamente en eso de intentar mezclar nafta con aceite, cuando se desató un incendio que le dejó quemaduras en un 90% del cuerpo y amenazaba con condenarlo a lo peor, pues ayer su pronóstico era reservado y estaba internado en gravísimo estado en el hospital Marcial Quiroga.

En el lugar, dijeron que la ambulancia nunca llegó y que el joven debió ser trasladado por un vecino

¿Por qué se inició el incendio? un primer vistazo en la escena del siniestro, llevó a los peritos de Criminalística y a los Bomberos de Rawson a suponer que Baginay, al parecer, no tuvo en cuenta un dato fundamental: los gases de la nafta que entraron en contacto con las hornallas de la cocina que había encendido para calefeccionarse. "Fue eso más el estrecho ambiente en el que operaba… la cocina comedor donde estaba no tiene más de 3 metros cuadrados", precisó un jefe policial.

Todo pasó sobre las 22,30 del lunes en un pequeño departamento interno que Baginay y su pareja Silvina Vera (25) alquilan desde hace un año en la casa 14 de la manzana F del Loteo San José, en Rawson. La principal versión es que apenas ocurrió el siniestro, el joven corrió hacia afuera para apagarse las llamas con un surtidor del patio, mientras su señora también resultaba quemada por intentar ayudarlo. Los niños, pudieron escapar por la ventana del dormitorio.

Ante los gritos, otros inquilinos llegaron a socorrerlo: uno de ellos colaboró para controlar las llamas y apagó las hornallas de la cocina. Lo demás resultó un suplicio, porque los vecinos llamaron a la ambulancia, pero el vehículo sanitario nunca arribó al lugar. Por eso uno de los vecinos cargó el joven en su auto y la Policía lo escoltó para que pudiera llegar rápido al Centro de Adiestramiento Rawson, lugar del que fue derivado junto a su pareja hasta el Marcial Quiroga. Allí, los pronósticos eran muchos más alentadores para la joven madre.