Quizás lo traicionó el apuro por volver pronto a su casa con la mercadería y preparar el almuerzo para sus hijos. Y es que aparentemente no se percató que por detrás suyo venía un auto e intentó cruzarse de carril en su bicicleta para entrar a un callejón. La maniobra le costó la vida porque no logró siquiera llegar a la otra mano de la peligrosa ruta 40, que recibió el impacto del vehículo y ese fue su final.
Así fue el accidente en el que perdió la vida a Julio César Flores (72), un jubilado y padre de trece hijos. Su cuerpo sin vida quedó tendido ayer alrededor de las 14.30 sobre el pavimento a la altura del kilómetro 31 de la ruta nacional 40, a unos 3 kilómetros al Norte del centro de Carpintería, Pocito.
Flores vivía en un rancho de la calle Mendoza Vieja, a 200 metros al Oeste del lugar siniestro. Su
mujer había salido en horas de la mañana e iba a regresar a la siesta. Es por eso que el jubilado había acordado con sus ocho hijos (los otros están con su anterior pareja), que después de que terminara la changa que estaba haciendo, pasaría a comprar mercadería para preparar el almuerzo. Es decir que los chicos, de entre 11 y 19 años, lo estaban esperando y posiblemente Flores estaba apurado por llegar. Los vecinos contaron que el jubilado pasó por un almacén de la ruta 40 y cargando una bolsa tomó en dirección al Norte arriba de su bicicleta. Recorrió algo de 300 metros y ahí se tiró hacia su costado izquierdo intentando cruzarse hacia el otro carril. Le calculó mal la distancia o directamente no vio que por detrás suyo venía el auto Volkswagen Gol conducido por Juan Villagran (45), según datos policiales. Para cuando el automovilista quiso frenar ya era tarde, pues le pegó de lleno a la bicicleta con todo el paragolpes.
El jubilado salió despedido y su cuerpo golpeó contra el capot, el parabrisas y el techo del vehículo y después cayó sobre el carril contrario. Tan grave fueron las heridas que sufrió Flores, que no tuvo oportunidad de que lo auxiliaran. Cuando llegó un equipo médico, confirmó su deceso.