"Facundo", una obra maestra del Maestro de América, Domingo Faustino Sarmiento.

 

Este año que se va en pocos días más, tuvo una sorpresa cultural que significó preguntarnos ciertas razones para un suceso muy especial. Es que en España, el ABC -diario decano de la prensa de ese país (fundado en 1903)- preguntó a críticos literarios y escritores cuáles son los cien mejores libros de todos los tiempos, y si bien era un número puesto el Quijote de Cervantes en el primer lugar, llamó poderosamente la atención que entre esos cien estuviera el "Facundo", de Domingo Faustino Sarmiento.

Casi como cumpliendo a rajatabla la premisa que dice que nadie es profeta en su tierra, esa elección resultó increíble a pesar de que tanto el prócer como su obra han sido más de una vez analizados, diseccionados, defenestrados o ensalzados a partes iguales; lo que alega en favor o en contra según sea el detalle de estudio realizado para la alabanza o la crítica. 

Para los que lo han hecho seriamente y concluyen en los ribetes de excelencia de la obra, su ubicación entre los cien no es sorpresa sino orgullo. Noé Jitrik dice en su "Muerte y resurrección de Facundo" que: "Ha llamado siempre la atención por las dificultades que presenta desde el punto de vista de una clasificación literaria" y agrega que "concurren por igual en sus páginas la historia, la sociología, la novela, el ensayo, el tratado moral". Palcos, en "El Facundo" de 1946 dice que "rompe con los moldes tradicionales de los géneros literarios".

Un enigma que atrae

Da la impresión que esta elección se basa en que por mucho que se aliente el análisis genérico literario y la intención del autor, Facundo es por riqueza de conceptos y por lo que esconde, más que por lo que claramente revela, un enigma que nunca dejará de tener un atractivo superlativo y ante el cual muchos no pueden permanecer indiferentes. 

Si es por el estudio de lo expresivo, encanta por los ojos con los que Sarmiento observa su tiempo, su realidad y lo que magistralmente deja escrito. Si es por lo estrictamente lingüístico, desborda de una energía y énfasis donde la palabra "contundente" es pequeña para reagrupar todas las ideas y conceptos que abarca, pero es justamente esa palabra la que más utilizan para definir la expresividad textual.

Facundo ocupando un lugar entre los cien mejores libros causa orgullo entre los sanjuaninos; sobre todo en los que conocemos bien la obra y la apreciamos en todos los aspectos más profundos que los que comúnmente se enseñan en la escuela.

Dramatismo, insistencia, claridad de pensamientos, la emanación de esos trazos de genialidad característicos, todo confluye en el libro de manera tanto audaz como rectora, desafiante, testimoniando esa suerte de encontronazo entre la civilización y la barbarie; son las aristas más llamativas y seguramente las de mayor interés para los analistas y la "carne" que alimenta a la vez la fustigación de sus detractores.

"Libro esencial en la lengua castellana"

Pedro Henríquez Ureña dijo que Facundo "es el libro esencial en la lengua castellana", interpretó que Sarmiento conocía profundamente la realidad argentina y su necesidad de transformarla. Por otro lado, si de su autor se trata, hay que adherir al pensamiento de Joaquín V. González cuando dice que "no ocultó sus imperfecciones ni desconoció sus errores". También infiere que Sarmiento "comprendió su tiempo" y varios con este autor coinciden en esa comprensión y del destino que esperaba a su patria si una ínfima parte apenas de su pensamiento hubiera sido puesto en funcionamiento.

Facundo ocupando un lugar entre los cien mejores libros causa orgullo entre los sanjuaninos; sobre todo en los que conocemos bien la obra y la apreciamos en todos los aspectos más profundos que los que comúnmente se enseñan en la escuela. La Educación se detiene en unos pocos tópicos habituales: la tipificación del gaucho y no mucho más allá, dejando fuera aspectos principales de la obra que permitirían a varias generaciones pasadas y a las actuales entendernos ahora, por eso es válido.

Hablando en otro de sus libros de Domingo de Oro, Sarmiento dice: "Yo he estudiado este modelo inimitable, he seguido el hilo de su discurso, descubierto la estructura de su frase, la maquinaria de aquella fascinación mágica de su palabra".

 ¿Qué tal si en ese mismo sentido el propio Sarmiento nos está dando en esas palabras suyas las razones por las cuales su Facundo fue elegido?  

Facundo es un universo de cosas aún por descubrir, modelo literario singular, su discurso y encuadre, únicos, su estructura y frases objetos de cientos de estudios y de los muchos que todavía promueve. Posee una fascinación mágica de cada palabra, exponencial y permanente. He ahí, los laureles y el secreto de su vigencia.