Se cumplen hoy 5 años de la muerte del multifacético David Bowie, pionero del "glam rock" y referencia de legiones de artistas. Falleció dos días después de su cumpleaños 69 en Nueva York, por cáncer de hígado. Y la noticia shockeó a los que aún celebraban Blackstar, que vio la luz tres días antes de su partida. Uno de los mejores de la historia, fue su 25to álbum de estudio que, en retrospectiva, contiene lo que parecen referencias a su propia muerte, según estudiosos. ¿Presagio o la última gamberrada del artista sabedor de su suerte? Bowie se llevó la respuesta a su tumba, pero la letra del primer sencillo, Lazarus, no deja lugar a duda: "Mira aquí arriba, estoy en el cielo, tengo cicatrices que no se ven", dice. Además, el videoclip de unos cuatro minutos, muestra a un Bowie pálido y con los ojos vendados, levitando en la cama de un hospital. 

Con sólo siete canciones y 45 minutos de duración, es el único trabajo que no presenta una imagen del músico en la portada. Aparece una estrella negra, que si se pone a la luz del sol se transforma en un campo de estrellas brillantes, y bajo rayos UV se ilumina como una galaxia con estrellas azules. El disco llegó al primer puesto de listas musicales de numerosos países: vendió 146 mil copias en su primera semana en el Reino Unido y más de 181 mil en los Estados Unidos; alcanzó el primer puesto en la lista de descargas de iTunes en 25 países y se convirtió en el primero de Bowie en llegar a la primera posición de la lista estadounidense Billboard.

Pero la fama ya había sonreído al Duque Blanco más de cuatro décadas antes, en 1972, cuando publicó su quinto álbum de estudio "The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars", lleno de letras misteriosas y electrizantes, y acompañadas por su imagen, tan espectacular como ambigua. Sus grandes éxitos, convertidos en clásicos de la música y referencias de culto, incluyen títulos como Let’s Dance, Heroes, Under Pressure, Rebel, Rebel, Life on Mars, Suffragette City o Space Oddity, y que le supuso el premio Ivor Novello por su originalidad.

Un verdadero collage en sí mismo, Bowie tenía una vocación artística innata que lo llevó a tentar la pintura, el diseño y la escritura, y a alternar la música con el cine. Más allá del triunfo que supuso la película juvenil Laberinto (Jim Henson, 1986), el británico participó también en La última tentación de Cristo (1988) de Martin Scorsese, donde interpretaba a Poncio Pilatos, El hombre que vino de las estrellas (1976), Feliz Navidad, Mr. Lawrence (1983) y la muy popular en el género de terror El ansia (1983), entre otras. 

Cinco años de su muerte, la magia de David Bowie sigue viva entre sus fans. Un encanto ganado a pulso con su trabajo. Desde 2002 figura en la lista de los 100 británicos más importantes de la historia y en 2004 la revista Rolling Stone y le situó también entre los cien artistas más importantes de todos los tiempos y en su lista de los mejores cantantes. (EFE)

 

Para leer al artista

El periodista y escritor Juan Rapacioli publicó "¿Por qué leemos a Bowie?", ensayo que recupera los símbolos, máscaras y espejos que este artista profético, uno de los más influyentes y disruptivos de la historia del rock, utilizó para cuestionar el presente y la idea de lo real. La publicación, a 5 años de su desaparición física, intenta responder esa pregunta. "Bowie hizo las preguntas adecuadas sobre la época extraña que le tocó vivir" (…) Escucharlo "es también un modo de ver cómo llegamos al siglo XXI", explica. 

"(Bowie) Sigue siendo un sonido del futuro en el sentido que se proyecta hacia un lugar desconocido. Una zona dominada por el enigma. Esto es lo que sucede en Blackstar, que si bien es una obra sobre su propia muerte también funciona como un artefacto de signos que seguimos desentrañando hasta hoy. Aunque se la pasó discutiendo con su época, Bowie no dejó de pertenecer a una cultura que hoy tiene algo de museo: la cultura rock. En ese sentido, a esta altura, es un artista clásico. Su potencia de futuro, pienso, radica en el gesto vanguardista de usar y descartar para producir algo diferente", expresó el autor a Télam.