El choque de espadas de acero contra gruesos escudos era sentido por todos los rincones. El calor era sofocante, pero la multitud de jóvenes que miraban encantados por los movimientos de los guerreros con armaduras, le restaba importancia. Los combatientes se detienen y el árbitro levanta el estandarte anunciando el cese de la pelea, uno de ellos hace el grito de victoria y los aplausos no se hicieron esperar. Todos contentos por la demostración del grupo San Juan Medieval, que fue invitado a la novena edición de Otaku Yoobi 2017. Inmediatamente, el escenario quedó armado para otro espectáculo y en otro sector los cosplayers exhibían con orgullo sus producciones. Caracterizados por personajes de ficción, del cine, el animé, los comics o los videojuegos, paseaban por los rincones del predio sacándose fotos con todos y jugando a hacer realidad todo un mundo fantástico. Esta es, quizás, la marca más atractiva del evento que se desarrolló ayer en el predio de Luna Morena. La primera jornada de ayer estuvo repleta de chicos y chicas (varios adultos también) que compartieron su espacio y gustos en común con una diversificada oferta de actividades.
Pero por sobre todo, la afinidad por lo oriental fue el común denominador. La demostración de artes marciales, más la famosa Ceremonia del Té, fueron los puntos fuertes para difundir la cultura japonesa. En lo contemporáneo, primaron los concursos de Cosplays (adultos y niños), Fansings (donde una aficionada presenta una performance musical de un tema de animé favorito), la puesta musical del grupo mendocino Oto Fire y la presencia internacional de Salomé Anjarí, la cantante chilena de Anisong e intérprete oficial para Chile y Latinoamérica de Candy Candy y Detective Conan, entre otras producciones para la televisión. Aunque los problemas técnicos de iluminación y sonido le quitó brillo a los shows, los artistas pudieron sortear los inconvenientes y salir de la situación con improvisaciones y muy buen humor, cosa que el público se lo agradeció.
En el lado del entretenimiento, los torneos de videojuegos (Dragon Ball Z, Jojo’s Bizarre y Just Dance), convocaron a muchos fans para competir por varias horas. Los talleres de origami y dibujo fueron también interesantes, pero otro punto llamativo fue la gran afición por los juegos de mesa, tanto de estrategia como de rol, en que muchos participantes organizaban extensas partidas de varios jugadores, ya sea usando naipes o figuras de acción en miniatura.
Mundos de magia, ciencia ficción, leyendas y mitologías, todo el evento fue un gran espacio donde convivió la lectura (había espacios para leer historietas), la maquinaria del merchandising, el juego, la sugestión y por supuesto, el encuentro social entre muchos otakus que lo que fotografiaban, lo compartían inmediatamente a las redes sociales. Aunque la tarde fue casi agobiante, los jóvenes tuvieron una divertida jornada.
DATO
Otaku Yoobi continúa hoy a partir de las 12 en Sala del Sol de Luna Morena. Donaciones de golosinas, barbijos o alcohol en gel para colaborar con Fundame. Entrada: $100.