Había pasado la Navidad en casa de sus abuelos en Rivadavia, Fabricio Gómez (13) con sus hermanos Guadalupe (15) y Luis (10) y ayer al mediodía volvieron a su casa en el barrio Piedritas 1, en Pocito, para conocer al nuevo miembro de la familia: el primer hijo de la mayor de los cinco hermanos, Brisa (17), el primer nieto de Rosa Barros y Fabián Gómez. Había un clima de felicidad en la casa, hasta que se hizo la siesta y el calor insoportable sacó de la casa a Fabricio, a sus hermanos de 10 y 5 años, y también a dos amigos del mayor de los hermanitos. El objetivo fue, como siempre, el canal Céspedes en el cruce con calle 9, un lugar donde existe una compuerta que genera un remanso. Un lugar peligroso también, porque la compuerta está dañada y el hueco por el que pasa el agua es también una verdadera trampa. Lo comprobó el propio Fabricio cuando se bañaba y fue a dar a ese agujero del que no pudo salir. Según las hermanas del chico, sus propios amigos pudieron sacarlo, pero cuando lo hicieron ya era tarde, a pesar de que avisaron a los papás del niño, que llegaron a la carrera al lugar. A pesar de que se llamó con desesperación a una ambulancia. “Los mismos amigos de él lo sacaron con un tajo en la cabeza porque se había atorado en la compuerta. Después avisaron, pero ya había muerto”, dijo Guadalupe.
Todo pasó alrededor de las 15,30 de ayer y en la casa en la que los Gómez Barros viven desde hace dos años, todo era dolor. “Estaba tan feliz por su sobrinito que nació el sábado, hoy (por ayer) lo conoció y todos acá estábamos contentos y mire en la desgracia que terminó. A mi hijo le iba a poner Bastian, pero ahora va a llevar el nombre de él, se llamará Fabricio”, dijo Brisa, conmovida.
El caso es investigado en la seccional 7ma de Pocito, donde ayer investigaban el caso bajo directivas de la jueza en lo Correccional Mónica Lucero.