Un paseo por la granja que terminó como una capacitación sobre ecología

Qué comen los pavos, cómo hacen para separar las lombrices de la tierra y hasta por qué los chiqueros de los chanchos tienen tanto olor feo fueron algunas de las preguntas que hicieron los chicos de Fundame durante el recorrido por la granja Tía Nora, en Albardón. Ayer, unos 35 niños con cáncer o hemofilia disfrutaron de una jornada al aire libre que comenzó con un paseo por la granja, pero que terminó como una intensa capacitación de ecología. Es que los niños hicieron tantas preguntas a las guías, que volvieron a sus casas llenos de conocimientos nuevos.

En el marco del Día de la Lucha Contra la Hemofilia, que se conmemora el próximo 17 de abril, los chicos de Fundame vivieron una jornada distinta. Acompañados de sus papás los niños y jóvenes que diariamente asisten a esta institución solidaria disfrutaron de la naturaleza y hasta aprendieron algunas nociones básicas para el cuidado del ambiente, para poder tener una huerta propia y hasta para saber cómo alimentar a distintos animales de granjas. Minutos antes de las 10 los chicos de Fundame llegaron a la granja que está a la entrada de Albardón. En la primera actividad que tuvieron, junto a sus papás y los voluntarios de Fundame se convirtieron en panaderos. Sobre una larga mesa prepararon masa e hicieron semitas caseras. Esta actividad atrajo sobre todo a los más pequeños, que mientras cocinaron jugaron sin parar. Después de empezar a hornear las semitas, los chicos comenzaron el recorrido.

Con entusiasmo y con mucha alegría se acercaron, en orden, a los primeros animales. Una enorme vaca negra fue quien les dio la bienvenida. Con un poco de miedo, pero con ganas de sentir cerca al animal, los niños miraron con atención por entre el alambrado y las maderas del corral. Incluso algunos se animaron a posar de espalda a la vaca para poder sacarse fotos. 

El recorrido comenzó con los chicos un poco tímidos. Pero con el paso de los minutos el entusiasmo y sobre todo la curiosidad los llevó a que empezaran a hacer una pregunta tras otra. Al llegar al lugar donde están los pavos, los chicos se aferraron con fuerza al alambrado. Preguntaron cuándo abre la cola el pavo, por qué es más grande que la pava y para qué hace ese “sonido tan extraño”. Las chicas que guiaron la visita respondieron cada una de las preguntas y los niños prestaron mucha atención. 

Luego de los pavos fue el turno de los patos y los gansos. En este sitio, la curiosidad se volvió silencio. Es que algunos niños se animaron a acercarse a la laguna y hasta tocaron a algunos patos. Los más pequeños fueron los más valientes. 

Además del recorrido por la granja los chicos participaron de una serie de juegos y hasta de un taller de cerámica. Así fue que disfrutaron de un día lleno de diversión, en el que hasta los papás la pasaron genial.

• La fundación

La casa de Fundame está ubicada en calle Rivadavia 1437 Este, en Santa Lucía. Tiene capacidad para alojar pacientes oncológicos y acompañantes. Cuenta con todas las comodidades para que se puedan hospedar mientras tratan a sus hijos. No es exclusivo para gente de departamentos alejados.

• Solidarios

Esta fundación realiza varias actividades solidarias a lo largo del año. Una de ellas es la Feria Americana de Fundame. Esta feria se convirtió en un clásico de la institución que además hace un maratón, también para recaudar fondos y dicta algunos talleres abiertos a la comunidad. La última feria fue hace dos sábados.

• Las pelucas

La campaña Trenzando Voluntades es una marca registrada de Fundame. Con esta campaña, la fundación junta cabello para realizar pelucas para pacientes oncológicos. Es que, las pelucas son clave para afrontar la caída del pelo por la quimioterapia y otros tratamientos, pero son muy costosas.