El trabajo de Criminalística se extendió por más de 5 horas. En el lugar estuvo el juez Alberto Benito Ortíz (derecha) y la fiscal Claudia Salica.

Cuando pasó por el frente de la casa dos cosas le llamaron la atención: la puerta que da a la calle entreabierta y el perro en la calle. Por eso cuando llegó a su hogar decidió pegar la vuelta y sacarse las dudas, sin imaginarse jamás que iba a toparse con una macabra escena: su tío muerto, tirado boca arriba en una habitación utilizada como despensa, desfigurado, lleno de sangre y con la cabeza tapada con una colcha.

La víctima fue identificada como Silvio Roberto “Ringo” Carpio (47). Vivía solo en su casa paterna, ubicada en Boulevard Sarmiento al 575 Oeste, en la Villa San Damián, en Rawson. Allí lo halló a eso de las 16 de ayer su sobrino, quien de inmediato llamó al 911. 

Según un médico, la víctima llevaba entre 12 y 24 horas muerto.

Norma, hermana de la víctima (izquierda), dijo que el hombre no tenía problemas con nadie, por lo que no descartaban un robo.

 

Un primer vistazo a la escena del crimen los llevó a concluir que lo asesinaron a golpes en la cabeza con un ladrillo que hallaron ensangrentado. Vestía una remera que la tenía subida, un pantalón largo, zapatillas y el médico de la Policía estimó también que llevaba entre 12 y 24 horas sin vida. Además de la cabeza desfigurada, creían que tenía otras lesiones.

¿Por qué lo mataron? Eso trataban de dilucidar anoche los pesquisas. Norma (55), una hermana de la víctima, suponía que podría haberse tratado de un crimen en ocasión de robo, pues el último viernes había cobrado la pensión por la diabetes que sufre. Si bien no fue desechada, esa posibilidad para los investigadores perdió fuerza, pues a simple vista en la casa no faltaban los objetos de valor.

Ayer la Policía entrevistó a cinco familiares de Carpio para comenzar a develar el misterio. Una alta fuente policial aseguró que el objetivo era saber si el móvil pudo ser una disputa familiar por la sucesión de la casa, pero hasta anoche no había nada concreto.

Al lugar llegó el juez de Instrucción Alberto Benito Ortíz, la fiscal Claudia Salica y colaboradores, para seguir de cerca el trabajo pericial y ordenar medidas. También estaba el jefe de la Policía, Luis Martínez.

Además de la pensión, Carpio se ganaba unos pesos haciendo changas. Días atrás había estado cosechando aceitunas en Ullum.

“Llevaba una vida tranquila, acá era conocido y no tenía problemas con nadie. No sabemos qué pudo haber pasado”, aseguró la hermana. “Ringo” hoy cumpliría 48 años.