En febrero, personal de la empresa Seralico preparó la comida para los pacientes del Hospital Mental de Zonda con el suelo inundado de aguas servidas que brotaron tras llenarse el pozo negro. El escándalo no sólo quedó ahí sino que también se sirvieron los alimentos en el comedor en las mismas condiciones. Frente a un escenario peligroso para la salud de las personas, el Gobierno no se anduvo con vueltas y luego de un análisis de todo el aspecto legal, decidió rescindirle el contrato al proveedor sobre ese servicio. Según fuentes oficiales, la compañía lleva más de 20 años como cliente del Estado, al punto que tiene la concesión del suministro de provisiones en otros hospitales y centros de salud de la provincia.
En la rescisión del contrato, Seralico, de Andrés Baldi, continuará brindando el servicio en el Hospital Mental durante 30 días corridos a partir de la notificación, que se produjo ayer. En ese plazo, el Ministerio de Salud Pública, que conduce Alejandra Venerando, terminará de convocar a empresas para que presenten sus ofertas técnicas y económicas por dicha prestación, con el objetivo de elegir a la más conveniente. Hoy, el Ejecutivo le paga, en promedio, alrededor de 1,5 millones de pesos por mes a la compañía, dijo el secretario Administrativo Financiero, Guillermo Benelbaz. En la compulsa de precios se verá si hay ofertas más bajas por el mismo servicio.
En marzo, este medio había adelantado que fuentes de la cartera sanitaria habían señalado que venían trabajando en los pliegos para llamar a licitación pública el servicio de comida que se entrega en los hospitales y centros de salud, el cual está en manos de Seralico gracias a adjudicaciones directas y renovaciones automáticas en administraciones anteriores (Ver recuadro).
El caso del Hospital Mental de Zonda reflejó que la gestión uñaquista será inflexible en situaciones en las que haya un servicio deficiente y, sobre todo, si hay un peligro en la salud de las personas que se encuentran alojadas en instituciones públicas. El hecho estalló a fines de febrero cuando el personal de la empresa preparó los alimentos para unos 100 pacientes con el suelo inundado de aguas servidas y luego sirvió las viandas en el comedor en las mismas condiciones. Las autoridades advirtieron la irregularidad y labraron un acta, lo que desató la intervención del área legal y administrativa del ministerio. Benelbaz explicó que la situación representó “un riesgo de contaminación bromatológica”. De hecho, señaló que las personas fueron sacadas del comedor, no consumieron los alimentos y se les suministraron viandas elaboradas en otro lugar hasta que se solucionó el desagüe de los líquidos del pozo negro. “Se hizo el control y de milagro, a ninguno de los pacientes les pasó nada”, indicó.
A partir de esa situación peligrosa, en Salud Pública se tomaron el tiempo necesario para estudiar los detalles del contrato con Seralico y decidieron la rescisión del mismo por lo que técnicamente se denominó “problemas en la calidad del servicio”. Según publica la misma empresa en su página oficial, brinda el servicio de comida en los hospitales Guillermo Rawson, Marcial Quiroga, el René Favaloro de Rawson, el César Aguilar de Caucete, el Ventura Lloveras de Media Agua, el de Albardón, el San Roque de Jáchal y el Federico Cantoni de Pocito. En Radio Sarmiento, Benelbaz resaltó que si encuentran alguna irregularidad “vamos a proceder de la misma manera que se ha actuado en este caso”.
Desembolso
1,5 Millones de pesos le paga la provincia a Seralico por el servicio de comida en el Hospital Mental de Zonda.
Procedimiento
El proceso que culminó con la rescisión del contrato incluyó el descargo de la empresa. Tras el necesario análisis legal y administrativo, el Gobierno le comunicó ayer a Seralico que le daba de baja a su servicio.
Andanada de licitaciones
El Ministerio de Salud Público viene preparando los pliegos con las bases y condiciones para llamar a licitación no solo los servicios de comida sino todos aquellos que se brindan en la repartición. El objetivo del gobernador Sergio Uñac es abrir el juego, que haya competencia entre las empresas y obtener una prestación de calidad al mejor costo, explicó Guillermo Benelbaz, secretario Administrativo Financiero.
En el caso del servicio de comida, las fuentes habían indicado que Seralico viene desde años con la concesión, de manera directa y con renovaciones automáticas. La compañía se encarga de la distribución de alimentos para los dos grandes centros de salud de la provincia (el Rawson y el Marcial Quiroga) y los que dependen del nivel central, es decir, el René Favaloro de Rawson, el César Aguilar de Caucete, el Ventura Lloveras de Media Agua, el de Albardón, el San Roque de Jáchal y el Federico Cantoni de Pocito. Los contratos vencerían en diciembre, por lo que se avecina una catarata de licitaciones.
El objetivo oficial, de mínima, es que el año que viene la provincia desembolse la misma cantidad de fondos que hoy se están destinando a la entrega de alimentos en los hospitales públicos.