Los 70 años del reinado de Isabel II de Inglaterra, que terminaron el jueves pasado cuando la soberana falleció en el Palacio de Balmoral, en Escocia, es una etapa de gran significación para el Reino Unido, ya que durante ese período el país atravesó por las más diversas situaciones, encontrando siempre en la soberana el más decidido apoyo para abordarlas e intentar solucionarlas. Esto hizo que la monarquía siempre estuviera presente en los acontecimientos más importantes de la nación, estableciendo un vínculo con la población que ha sido reconocido por la gente con el apoyo popular, a pesar de algunas dificultades internas que le tocó atravesar a la realeza en tan largo período, como los conocidos escándalos que sus hijos cometieron y que incluyeron divorcios e infidelidades. 

Elizabeth Alexandra Mary Windsor, conocida en los países hispanos simplemente como Isabel, asumió el reinado en 1953 con apenas 25 años de edad y desde ese momento se convirtió en una digna representante de la corona británica, es decir figura principal del Reino Unido y de otras 14 naciones ante el mundo. Al momento de su muerte tenía 96 años y una dilatada trayectoria que la han llevado a ser la monarca con más años en el trono. 

Durante su reinado, Isabel II vio pasar a 14 primeros ministros del Reino Unido, entre ellos Winston Churchill y Margaret Thatcher. También le tocó recibir a 7 papas, entre ellos Juan Pablo II, entre otras personalidades que se sucedieron a nivel mundial en los últimos 70 años. Por otra parte pudo ver la descolonización de países, creando nuevas relaciones con otros y fue pionera en la participación de la mujer en eventos sociales organizados por la realeza. 

Fue ejemplo de liderazgo para otros gobernantes y una fuente de orgullo para su familia. 

Hay una frase que resume la vida y obra de Isabel II y que demuestra su vocación para una tarea que le fue encomendada por sus progenitores y que cumplió hasta los últimos días de vida. Ella decía: "Les doy mi corazón y devoción" con esto daba muestras de una vida al servicio de la corona que cumplió en forma intachable, contribuyendo desde su lugar con muchos de los grandes problemas que le tocaron afrontar al Reino Unido como potencia a nivel mundial. 

Con la muerte de la reina Isabel II se abre un nuevo capítulo para la monarquía inglesa. Será Carlos de Gales el que se convertirá en el Rey Carlos III, a los 73 años. Nadie sabe si los herederos podrán asegurar la estabilidad que la Reina defendió para que nada cambie, una receta que bien le sirvió en estos 70 años. Carlos III deberá tomar posición sobre diversos temas, entre ellos el de la soberanía de Las Malvinas, ya que si bien durante la guerra con la Argentina en 1982 la corona mantuvo un rol pasivo, esto no quiere decir que no se involucró quedando latente cuál será en el futuro el destino de las islas.