Un incidente sin precedentes en el ajedrez consternó a los competidores del Torneo Abierto de Moscú, luego que un robot le quebrara el dedo a un niño de siete años de edad, que participaba de una partida en la capital de Rusia.
El momento se presentó cuando el joven, un jugador de la Liga Juvenil de la Federación de Ajedrez de Moscú se disponía a realizar un movimiento durante la partida frente al robot. Algo falló y el jugador cibernético, con una de sus pinzas, apretó el dedo del niño, quien resultó herido.
Serguéi Lázarev, presidente de la Federación de Ajedrez de la capital de Rusia, confirmó oficialmente que el menor sufrió una fractura en la extremidad. El directivo ruso repudió el hecho y a la vez se mostró sorprendido, ya que nunca antes se había visto sucedido algo similar en los torneos donde son empleados los jugadores cibernéticos.
Lásarev también explicó sus suposiciones sobre el incidente entre el robot y el niño ajedrecista: “El niño hizo un movimiento y, después de eso, debemos dar tiempo para que el robot responda. El niño se apresuró y el robot lo agarró”.
Serguéi Lázarev, presidente de la Federación de Ajedrez de la capital de Rusia, confirmó oficialmente que el menor sufrió una fractura en la extremidad. El directivo ruso repudió el hecho y a la vez se mostró sorprendido, ya que nunca antes se había visto sucedido algo similar en los torneos donde son empleados los jugadores cibernéticos.
“El robot fue alquilado por nosotros, fue exhibido en muchos lugares por especialistas durante mucho tiempo. Al parecer, los operarios pasaron por alto algunos fallos”, expresó.
Lásarev también explicó sus suposiciones sobre el incidente entre el robot y el niño ajedrecista: “El niño hizo un movimiento y, después de eso, debemos dar tiempo para que el robot responda. El niño se apresuró y el robot lo agarró”.
Hace algo más de un siglo, concretamente en 1912, el matemático Leonardo Torres Quevedo creó el primer autómata ajedrecista de la historia.
En un artículo publicado dos años más tarde en la revista de divulgación científica Le Nature, H. Vingeron describía esta máquina como un autómata que no jugaba de manera demasiado precisa y que no siempre llegaba al jaque mate en el número mínimo de movimientos a causa de un algoritmo todavía simple que evaluaba las posiciones. Sin embargo, en la actualidad, esta máquina siempre acababa imponiéndose a su rival.
Desde entonces, los robots han ido evolucionando hasta el punto de que ya es habitual verles enfrentarse a todo tipo de jugadores en los torneos.