Proyecto por 3. Con su emprendimiento de cubiertos de caña, Itatí de la Vega busca además de rentabilidad, generar impacto social y disminuir el ambiental.

 

Cuando empezó a vender las ensaladas que preparaba, con algunos ingredientes de su propia huerta orgánica, Itatí De la Vega (32 años) sentía que algo no estaba bien. No le gustaba tener que usar bandejas y cubiertos de plástico. En el primer caso, la alternativa para reemplazarlas fue hacerlas de masa. En el segundo, afirmó que la idea llegó de manera imprevista. Se incendiaba uno de los tantos cañaverales que hay en San Juan.

Hoy, las mejores ensaladas las hace para sus dos hijos y está al frente de uno de los emprendimientos en la provincia que consisten en fabricar cubiertos usando las varas de la caña común y silvestre.

"Es un material abundante y apropiado para hacer estos utensilios. Hubo mucho tiempo perfeccionando los modelos, con innumerables ensayos en los que no se lograban los resultados que se pretendían, pero hoy además de saber que se puede cortar carne sin problemas con un cuchillo de caña, he creado un modelo de palitos chinos, otro de sorbetes y estoy investigando para reutilizar los chips de la caña para hacer platos", contó la entusiasta emprendedora.

Me gustaría poner dispensers de cubiertos en comedores universitarios y shoppings.

Fue crucial que se animó a presentarse al programa "Comunidades con Valor", que tuvo apoyo de carteras del gobierno provincial, unidades académicas de la UNSJ y de la UCC, de la Unión Industrial y otros. Quedó entre los 35 seleccionados y hoy describe el plan de negocios que pondrá en ejecución el próximo año. "En esa capacitación nos abrieron la cabeza. Empece de forma artesanal, con pocos recursos, este apoyo. Me hicieron ver más completo el emprendimiento", reconoció.

En su objetivo de presentar una alternativa a los cubiertos descartables de plástico, entendió que debía adaptarse a los bolsillos de los usuarios. Le aprobaron un respaldo desde el programa Capital Semilla y tiene previsto llegar a una capacidad de producción de 100.000 utensilios por mes, con un precio similar a los 7 pesos que vio que hoy se vende un kit descartable de plástico. Para fijar el rumbo del proyecto aspira a conseguir el certificado B de empresas sustentables, que también buscan tener buen impacto en lo social.

"Yo sé lo que es tener que buscar ingresos durante un embarazo. Quiero sumar a madres solteras al proyecto", completó la emprendedora.

ITATÍ DE LA VEGA – Emprendedora