El lugar. La pileta donde ocurrió la desgracia tiene más de 4 metros de profundidad.

 

Dos empleados de Obras Sanitarias Sociedad del Estado (OSSE) murieron el pasado jueves mientras trabajaban en la Planta de Tratamiento de Líquidos Cloacales de Caucete (Avenida de los Ríos, al Este de Salta). Se cree que el que perdió la vida primero fue Miguel "Pajarito" Olmos (53), supuestamente por haber inhalado gases tóxicos cuando limpiaba una de las piletas. Y todo indica que después le tocó a Darío Talquenca (36), cuando intentaba rescatar a su compañero.

Cuentan desde el entorno de Olmos que no era la primera vez que el hombre se metía a limpiar la enorme pileta de líquidos cloacales, de unos 4,30 metros de profundidad. Para eso primero había que vaciarla, derivando ese contenido altamente tóxico mediante bombas y por conductos hacia otro piletón, ubicado en un sector más alto. Y ahí sí ya se podía comenzar con ese trabajo, consistente en sacar los elementos sólidos que eventualmente pudieran estar obstruyendo unas rejillas, para que de esa manera el funcionamiento del sistema general no se viera afectado.

Miguel "Pajarito" Olmos (53). Se cree que murió primero.

 

Darío Talquenca (36). Falleció intentando salvar a su compañero.

 

Pero este jueves todo terminó de la peor manera, y la hipótesis que suena con más fuerza entre los investigadores indica que fue por culpa de un infortunio corte de luz. Al parecer, Olmos estaba en el interior de la pileta haciendo esa labor cuando un corte de energía provocó que las bombas dejaran de funcionar. De esa forma, los líquidos cloacales empezaron a llenar nuevamente la cámara.

"Cuando la energía se corta efectivamente se suben los líquidos, pero hay tiempo suficiente para poder salir: más de 15 minutos con los elementos de seguridad, pero sólo un par sin ellos porque producen intoxicación", explicó ayer en conferencia de prensa Sergio Ruiz, presidente de OSSE.

Y justamente eso es lo que los pesquisas suponen, que Olmos no tuvo escapatoria una vez que inhaló los gases sumamente nocivos para la salud que emanan los líquidos que allí se tratan.

Lo que entonces entra en debate es si el operario tenía puestos los correspondientes elementos de seguridad, como una máscara antigás. "No se lo encontró con la máscara, pero se verificó que en el lugar existían los elementos y estaban a disposición", aseguró Ruiz, versión que fue refutada por la familia de Olmos.

Lo cierto es que la desgracia terminó siendo doble, porque Talquenca, que había sido convocado para hacer unos trabajos de electricidad en la planta, vio a Olmos sin reacción en la pileta y se tiró para tratar de rescatarlo, pero lamentablemente corrió la misma suerte.

Todo fue descubierto a eso de las 22.05, cuando un guardia que llegaba a relevar a Olmos vio su cadáver entre los líquidos cloacales. De inmediato dio aviso a sus superiores y en cuestión de minutos llegó la Policía. Y al mismo tiempo la noticia comenzó a correr como reguero de pólvora en los medios de la zona. Todos hablaban de un muerto, pues dónde estaba Talquenca en un principio fue un misterio. La gente de OSSE sabía que debía estar trabajando pero no lo encontraban por ningún lado. Todos empezaban a temer lo peor y lo confirmaron cuando al vaciar la pileta hallaron su cuerpo sumergido. Se cree que los operarios llevaban más o menos un par de horas sin vida.

Además de los efectivos de la seccional 9na de Caucete, al lugar llegó personal de la División Criminalística y autoridades judiciales, como el juez Pablo Flores, titular del Segundo Juzgado de Instrucción.

Todos trabajaron para tratar de armar un rompecabezas que pinta muy difícil y lleno de cabos sueltos, por lo menos hasta anoche. Lo que al cierre de esta edición esperaban era el resultado de las correspondientes autopsias, informes que esclarecerán en qué circunstancias se produjeron los decesos.

Por otro lado, se mandó a pedir a la Distribuidora Eléctrica de Caucete (DECSA) un informe sobre la duración del corte de servicio, para confirmar o no si influyó en el desencadenamiento de la doble tragedia que enlutó al departamento.

Dolor. Familiares de Olmos ayer no lograban digerir lo que había pasado.

>>  Las familias, indignadas

"Él nos decía que su trabajo era riesgoso y que le daba miedo porque estaba solo. ¿¡Cómo van a haber guardias de sólo una persona?! En OSSE dijeron que tenían máscaras y es mentira, no tenían nada", dijo ayer muy molesto Jorge Carrizo, cuñado de Olmos. El hombre estaba casado, tenía 5 hijos (el menor de 15 años), vivía en el barrio Felipe Cobas y trabajaba en OSSE desde hacía 5 años. Ana María, su hermana, expresó que "estamos en una nube, no entendemos nada lo que está pasando, es inmenso el dolor, no sé cómo vamos a continuar. Era sano, buena persona. Acá lo conoce todo el mundo, era muy querido".

Por su parte, familiares de Talquenca se negaron a hablar con este diario, pero adelantaron que iniciarán acciones legales contra OSSE.