Las luces apagadas y las linternas encendidas, los huesos de dos enormes dinosaurios que se reflejaron en el techo y unas historias increíbles fueron el prólogo de un recorrido que hizo que chicos y adultos pasaran por una montaña rusa de emociones. Así, entre risas, lágrimas y mucho miedo se vivió La Noche en el Museo, que ofrece un viaje en el tiempo para que el público viva una experiencia cargada de adrenalina y hasta aprenda sobre estas criaturas que habitaron San Juan hace miles de años. El Museo de Ciencias Naturales abrió durante estas vacaciones su tradicional propuesta que es un éxito. Es por esto, que durante las noches, el ingreso al museo está lleno de adultos y niños que buscan vivir una gran aventura en la que el miedo es el sentimiento que predomina, pero que también hace que todos se emocionen y hasta se rían sin parar.
En la primera estación del recorrido, los chicos recibieron las instrucciones. Les contaron de algunos dinosaurios que habitan en el museo y les hablaron de Huesito, la mascota del lugar. Lo primero que hicieron fue probar las linternas para asegurarse de que todos pudieran seguir el recorrido que a simple vista pareció tenebroso, y que con el paso de los minutos se volvió cada vez más aterrador.
Sobre todo, cuando las pisadas de algunos dinosaurios hicieron que hasta las paredes temblaran.
A medida de que los chicos y sus papás se fueron metiendo a lo más profundo del museo, el corazón de los más pequeños comenzó a acelerarse. Algunos valientes encabezaron la misión, junto al guía, mientras que otros se aferraron fuerte a las manos de sus papás, quienes también se llevaron algunos sobresaltos. En medio de este miedo, la ternura y la emoción también fueron parte de esa montaña rusa de emociones. Sobre todo, cuando relataron la historia de un dinosaurio que luchó con cocodrilos para salvar a su hermano que había caído en arenas movedizas, y de otro que perdió a su mamá mientras escapaba de la erupción de un volcán.
Uno de los momentos de mayor tensión, en que se escucharon gritos, llantos y hasta algunas súplicas para salir del museo, fue cuando pasaron por el sector que parece un laboratorio y es donde se construyen las muestras de dinosaurios y donde se hacen distintos estudios. Ahí, en la ventana de ese lugar se pudo ver cómo pequeñas crías de dinosaurios quisieron escapar rasguñando el vidrio. Mientras, que en simultáneo, la puerta de ese laboratorio no paró de vibrar por los golpes que le propinó alguna otra bestia que no se dejó ver, pero que de igual manera aterró a todos. Y, mientras que algunos chicos no pararon de temblar, hubo papás que no pudieron detener las carcajadas al ver la cara de susto de los más pequeños. Luego de ese gran susto, llegó el momento de relax y la risa. Es que los chicos encontraron juguetes de Huesito tirados por todo el museo y hasta oyeron cómo a los dinosaurios se les escaparon algunos gases.
Un éxito
Cuando arrancaron las vacaciones de invierno, desde el museo informaron que iban a tener dos funciones por día. Sin embargo, debido a la cantidad de personas interesadas en sacar turno, decidieron agregar una función por día. Además de las actividades nocturnas, el museo tiene su muestra abierta en otros horarios.
El tiempo
75
minutos es el tiempo aproximado que dura la aventura dentro del Museo Ciencias Naturales. El circuito está dividido en etapas en las que los chicos escuchan diferentes historias sobre los dinos.
Los horarios
La Noche del Museo tendrá sus puertas abiertas hasta el domingo 28 de julio. Las funciones son a las 20, a las 21.15 y a las 22, en el museo que está ubicado en calle España 440 Norte, Capital. Las entradas cuestan $150 (menores de 4 años gratis). Se debe hacer reserva previa al 2645898002 (sólo Whatsapp).