Sumergirse en la cordillera de los Andes es una verdadera hazaña y aún más si ese viaje le imprime algo adicional, la búsqueda de un artista visual. El hecho de pintar allí y subir los materiales en mula, convierte el viaje en un hecho casi épico. Se trata de Carlos Enrique Gómez Centurión, de profesión arquitecto pero también un gran maestro del pincel.

La pluma, el lápiz, bastidores y telas fueron herramientas fundamentales, pero había que escalar y andar arriba de una mula para llegar a ese lugar que imprime en el alma del pintor esa inspiración propia de un artista. Cerros, montañas, salar, cobre, oro y lápiz fueron algunos de los objetos que impregnaron sus telas con la creatividad. Invitó a otras personas para que vivan su propia experiencia y le transmitieran a él otra mirada, fotos, poemas, películas, etc.

La cordillera no es casual para Carlos Enrique, la vive desde pequeño y, así lo cuenta.

“Nací en San Juan, después de 7 años que el terremoto la desbastara. Mi primer dibujo lo hice con año y medio, según me contó mi madre. Luego tomé clases de pintura y pastel, ya tenía 8 años. Entre otros gustos, tocaba el piano. Mi relación con la naturaleza no es casual ya que vengo de una familia de geólogos, mi padre y hermano Martín, por lo que desde pequeño el campo y todo lo relacionado con esto estuvo muy presente ya que somos tres varones.

Mi padre tenía una mina de mica en Valle Fértil y cuando íbamos a visitarlo parábamos en la casa de Doña Bocha Quiroga, una estanciera criolla, ella tenía un ranchón sanjuanino típico donde parábamos. Allí fue mi primer contacto con la luna llena en pleno campo, mi primer contacto con los mitos y creencias populares. Esa infancia, educación y personalidad es lo que años más tarde me llevó a explorar los mitos populares de mi lugar, San Juan y de toda Latinoamérica, mientras los volcaba en mis obras. Por ello hoy soy cofundador de un grupo llamado “El Mito Real”.

Mi primer viaje a la cordillera 

 

“Lo hice con un grupo de amigos, tenía 20 años, ya estudiaba Arquitectura en Buenos Aires, solo llevaba mi cámara de fotos. Así descubrí la cordillera a caballo y me sorprendió la sabiduría de los vaqueanos. Fue mi primer contacto con la inmensidad. Vivo y trabajo en San Juan, en el campo, cerca de las montañas, en el departamento de Zonda. Si subo fotos de mi taller es porque quiero mostrar que el acto de pintar la cordillera es parte de mi cotidianeidad, es, en verdad, es lo que veo por la ventana cada día, mi paisaje habitual.

Cuando volví a San Juan después de vivir casi un año en París, tuve necesidad de retomar mi esencia y me zambullí en el mundo de los mitos y leyendas cordilleranas. Recordando parte de la enseñanza de mi niñez. En casi todos los cuadros que pinté en esa época, está presente la cordillera como marco de sostén de los mitos que evocaba en mi pintura. Entonces, tiempo después di por terminada esa etapa y no tuve más que abrir el zoom y apareció la cordillera, que de hecho es el gran marco de sostén identitario de nuestra cultura”.

 

 

Digo la Cordillera – 2003

“Más adelante me tocó viajar al Ecuador muy seguido y allí me encontré con los pintores viajeros del siglo XVIII y XIX, que iban a esas latitudes a descubrir el mundo que aparecía como nuevo. Los científicos traían consigo a pintores, grabadores y dibujantes que venían a documentar lo que veían. En realidad estaban haciendo una propuesta plástica colosal. Ellos me dieron una gran idea: hacer lo mismo, pero como una acción contemporánea.

0rganicé mi primer expedición al Valle Alto del Río Colorado, al pie del Mercedario, a 4.500 mts de altura. La idea era ir con diferentes personas de distintas disciplinas para que cada uno diera su versión de lo que veía y sentía. Invité a un semiólogo, Cristián Varela, a un Ingeniero en minas, Xavier Ochoa, a un poeta, Gustavo Romero Borri y a un cineasta, el Huevo Muñoz. Nos llevaba Ramón Ossa desde Barreal.

El Valle del Colorado es un enorme plano de color rojo vivo desde donde se divisan cerros de más de 6.000 mts., el Mercedario, la Ramada, el Glaciar Italia y tantos otros. Hicimos tres expediciones con este fin en distintos años. Mi propuesta era pintar en el lugar, en contacto con la gran naturaleza. Llevé mis telas y mis pinturas en mulas, son expediciones de más de cuarenta mulas. La idea era extractar la esencia de la montaña en la tela, para luego, en mi taller, pasarla a enormes dimensiones, como la cordillera misma. A su vez cada hombre que me acompañaba diese su visión de lo que veía y sentía. Al proyecto lo llamé “Digo la cordillera”.

 

Yungas – 2011

“Luego, quise seguir. La idea era pintar los puntos sobresalientes de la cordillera argentina. Pensé en la cordillera selvática y me fui a Calilegua, en Jujuy, las yungas jujeñas. El clima por lo general es muy lluvioso, nuboso y cálido. Para poder pintar en estos lugares, inventé unos enormes bastidores de aluminio que pudieran plegarse, cargarse en un vehículo y luego armarlos en el lugar elegido. Preparé grandes lonas con ojales en el perímetro. De esa manera, tenía una tela enorme, en pocos minutos, en el medio de la nada”.

 

Puna – 2012

 

“Fui a la Puna, a las Salinas Grandes, a Tres Cruces. Me instalé en el salar. Pinté con pintura y con sal. También llevé una tela de 50 mts. de largo la mojé en las cavidades que hacen los salineros y luego la extendimos sobre la superficie geométrica del salar e hicimos un calco de esa superficie sobre la tela. La luz encandila y hace mucho calor”.

Patagonia – 2012

“Quedaba registrar la cordillera helada. Esta vez al pie de uno de los cerros más bellos que conozco que es el “Fitz Roy o Chaltén’ (cerro que fuma como lo llaman los lugareños) como lo llaman los lugareños. Fue una expedición de dos semanas con sus traslados. Fui a Laguna Capri pintar el cerro Torre. ¡Maravilloso!. También pinté en el glaciar Viedma , todo en la Provincia de Santa Cruz”.

Valle de las Leñas – 2013

“Luego fui a pintar al Valle de las Leñas, al sur de la provincia de Mendoza, también cordillera alta. Una tarde de muchísimo frío, el cielo estaba encapotado y no corría una gota de aire. El color de la nieve y el del cielo eran uno mismo. Las piedras funcionaban como líneas sobre un plano monocromo. Surgió una serie de pinturas a la que denominé “Serie del Silencio’, basada en esa experiencia en Las Leñas”.

 El oro de América

“Más adelante tuve necesidad de incorporar minerales a los cuadros en este proceso de afinidad y entendimiento con el medio. Entre los minerales encontré , casi por casualidad, polvo de cobre y de oro que los incorporé en mis trabajos. Óxidos también. Dejé de lado las pinturas tradicionales y comencé a trabajar con estos materiales. Realicé una serie a la que denominé “El Oro de América’. Cada cuadro tiene el nombre de una mina de oro de Argentina, Chile, Perú, Bolivia, México y Colombia”.

 

Premio Trabucco

“En el 2015 me invitaron a participar en el Premio “Alberto Trabucco’ que es el principal premio que otorga la Academia Nacional de Bellas Artes, uno de los más importantes de la Argentina. Todos los años la Academia invita a diez artistas de una disciplina diferente, por lo que a la pintura le toca aproximadamente cada diez años. De alguna manera se elige al artista sobresaliente en esa década. El solo hecho de ser invitado es una distinción. Lo trascendente para mi es que gané el Premio y eso me abrió muchas puertas. A partir de esto nació una nueva serie que llamé “Terra Incógnita”, como denominaban los cartógenos medievales a los territorios desconocidos. Aquí hay un cambio radical en mi mirada, no es que levanto la vista para ver el universo, sino que me sitúo en el universo para desde allí ver el planeta”.

Últimas actividades del 2017

“Encuentro Contemporáneo”

 

Formo parte de un grupo de artistas que se llama Encuentro Contemporáneo. Está formado por dos escultores: Hernán Dompé y Bastón Díaz y tres pintores: Juan Lecuona, Osvaldo Monzo y yo. Además de haber desarrollado una propuesta plástica bastante coherente, creo, somos muy amigos. Con ellos hemos formulado una propuesta de exposición itinerante por diversos museos de la Argentina. Inauguramos la “gira’ en el mes de agosto en el Museo Emilio Caraaffa de Córdoba y en este momento estamos exponiendo en el Museo de Bellas Artes de Salta. Luego va a Mendoza coincidiendo con la fiesta de la Vendimia y vendrá a San Juan en abril, para seguir por el litoral y luego el sur. La idea parte de la base de hacer acciones concretas ante la enorme actividad cultural que se concentra en la ciudad de Buenos Aires itinerando por las provincias con la actitud de hacer intercambio con las comunidades y artistas de cada lugar.

Ferias de arte 

*En el mes de julio estuve con la Galería Sasha Dávila en Art Marbella, al sur de España y en Art Fair Zurich en Suiza.

* En el mes de octubre fui invitado por la galería Jaggedart, de Londres a participar de una muestra que se llamó “Lost in Landscape”, (perdidos en el Paisaje). La consigna de la galería fue reunir a tres artistas que trabajan en la naturaleza en condiciones extremas. Fuimos convocados Domenico Pugliese, fotógrafo italiano, Jason Hicklin, dibujante y grabador inglés. La muestra fue un éxito y la experiencia de compartir este territorio con artistas de otras nacionalidades con el mismo espíritu fue muy enriquecedora.

* Este mes de noviembre participé con la Galería Rubbers de Buenos Aires en ArteBA Focus, Es una versión de arteBA destinado a arte polémico que se realiza desde el año pasado en el Distrito de las Artes.