Ya desde fines del año pasado, los hinchas de Boca y River esperaban ansiosos este superclásico tan especial. Es más, el que jugaron en el verano en Mar del Plata con triunfo del Millonario por 1-0 quedó rápidamente en el olvido, entendiendo que el que “valía” era el de anoche en el estadio Malvinas, en Mendoza. No tanto por lo que significaba ganar la Supercopa Argentina, que tiene apenas seis años de vida, sino porque sería histórico pues era la segunda vez que los más grandes del país definirían un título mano a mano. Y en ese contexto, en un Malvinas con 42 mil espectadores, fue el público de la Banda el que tuvo su carnaval.
Su festejo y desahogo luego que en los últimos tiempos hubo más tristeza que alegrías, principalmente en la Superliga, en la que manda cómodamente el eterno rival.
El estadio abrió sus puertas a las 17.30 y los hinchas de Boca, ubicados en el sector Norte, comenzaron a “ganar” el duelo ante los primos por ser mayoría y por ende sentirse más sus cánticos. Aunque 45″ antes del arranque del encuentro y cuando los equipos comenzaron con los movimientos previos en el campo de juego, la situación se emparejó.
El ingreso al césped de ambos fue sencillamente un espectáculo con las bengalas y los celulares tomando un rol protagónico. A lo largo del partido, ninguna parcialidad se quedó callada, hubo “duelo” constante pese al resultado que favorecía a los conducidos por Marcelo Gallardo. Justamente el DT resultó el más ovacionado, demostrando una vez más que los hinchas confían en él más que en cualquier futbolista que esté en el campo de juego.
Y más allá de la derrota y la bronca lógica por caer en un partido tan importante, los hinchas de Boca apelaron a su fanatismo, cantando hasta el pitazo final del árbitro Patricio Loustau.
En la reventa online, llegaron a pagar $17.000 por un lugar.
Tras la victoria consumada, los hinchas xeneizes se fueron primero del estadio por un tema de seguridad. En cambio sus “primos” se quedaron no sólo a observar y retratar la coronación, sino a cantar por muchos minutos. Al fin y al cabo, son esos partidos que se recuerdan por muchos años y estos hinchas fueron testigos privilegiados de este acontecimiento.