
Cinco encapuchados aparecieron de madrugada en una vieja casona de una zona rural de Angaco y desataron el terror en una familia. Atacaron a golpes a dos personas mayores y encañonaron con un rifle y un revólver a una mujer y a sus dos hijos, entre ellos un bebé. Los delincuentes revisaron la casa y el almacén de las víctimas durante media hora para luego escapar con 9.000 pesos, 10 cervezas, piezas de fiambres y otros comestibles.
El resultado del brutal asalto fue que Esteban Oyola (70) terminó con varios golpes y moretones en la cabeza, lo mismo que Juana Godoy (57), a quien tuvieron que vendar por un corte en el cuero cabelludo. Patricia Oyola (34), la hija del hombre mayor, y sus hijos, uno de 12 años y otro de 4 meses, por su parte quedaron aterrados por lo vivido ayer minutos después de las 0.30 en esa propiedad (que es prestada) de calle Aguilera, entre San Juan y Olivera, en el distrito angaquero El Plumerillo.
Juana Godoy caminaba por el fondo de la casa cuando aparecieron de la oscuridad esos encapuchados, uno de los cuales le partió la cabeza de un golpe. En eso salió Esteban Oyola, que estaba en el baño, y se topó con los sujetos que llevaban un rifle, un revólver y hasta un palo, según describió. ‘Quise pedir ayuda, pero me pegaron y me tiraron al piso’, relató. Los ladrones después enfrentaron a Patricia Oyola y su nene mayor, a los cuales encañonaron. ‘Vi cómo le pegaban a mi papá. Ahí me pidieron que haga callar a mi papá o sino los matamos a todos. Como yo tenía al bebé en la pieza, mi niño más grande lo fue a traer. Lo que más me puso mal fue que después le apuntaran en la cabeza al niño y al bebé cuando nos tenían en el suelo’, relató Patricia.
La familia estima que los ladrones estuvieron como media hora en la casa. En eso revisaron los dormitorios y tomaron la plata de Oyola, que es pensionado, y su hija. En total eran 9.000 pesos. Del almacén robaron 10 cervezas, las piezas de mortadela, queso, salame y otros fiambres, además de mayonesa, salchichas, unos 4.50 kg de chorizos y otros comestibles. También se llevaron la garrafa de 15 kilos de la cocina, pero después la dejaron tras la súplica de Patricia Oyola.
