La compulsa electoral de mañana en Brasil polarizada en dos figuras de fuerte peso político como es el líder del Partido de los Trabajadores (PT) Luiz Inácio Lula da Silva y del actual presidente, Jair Bolsonaro, es foco de interés de la mayoría de las naciones de la región, entre ellas nuestro país, por considerar que quien gane la compulsa será el encargado de comandar el mercado más poderoso de Sudamérica, y el que marcará el rumbo en relación al destino del Mercosur (Macado Común del Sur).
A Lula se lo ve como a un líder integracionista capaz de promover muy buenas relaciones con el resto de los presidentes de la región. En el caso de Argentina, las disputas con Brasil siempre estuvieron vinculadas con las políticas comerciales, pero también siempre se ha visto la necesidad de tener una mesa de negociaciones de las que fluyan decisiones de maneras más naturales, y en eso podría contribuir este candidato.
Respecto de la figura de Bolsonaro, se lo ve más como a un presidente que va por un país mucho más fuerte, con un proceso de apertura de nuevos mercados, que será aprovechado para solicitar que el Mercosur sea un poco más flexible en relación a las medidas de protección, que es uno de los factores que está incidiendo en los volúmenes de compra. Su vinculación con la Argentina, durante la actual gestión de gobierno, no ha sido muy cordial, lo que ha postergado avances en materia de integración entre ambas naciones.
Hay un aspecto a tener en cuenta y es que, gane quien gane, Brasil siempre va a liderar por peso propio el rumbo del mercado Latinoamericano, factor que también está incidiendo para que las economías de otras partes del mundo sigan con atención este proceso de recambio de gobierno.
Desde el punto de vista político, el mayor país de América, Estados Unidos, también se ha involucrado con estas elecciones al anunciar que "monitoriará de cerca" los comicios con la esperanza de que se respete sobre todo el orden constitucional. Desde la Casa Blanca, el presidente Joe Biden instó a realizar elecciones "libres y limpias", al tiempo que advirtió sobre los actos de violencia durante la campaña. El presidente norteamericano remarcó la importancia de que hay que extremar las medidas para que durante los comicios no se produzca ningún ataque a las instituciones republicanas.
En las elecciones de mañana domingo si ninguno de los candidatos obtiene más del 50% de los votos, habrá una segunda vuelta el 30 de octubre. Por ahora lo más importante y en lo que coincide la mayoría de los analistas es lograr que los comicios se desarrollen con normalidad y que el resultado de las urnas se acepte dentro de las reglas que establece el régimen democrático, ante versiones de posibles cuestionamientos que podrían surgir y derivar en acciones contrarias al espíritu republicano.