
En 1992 la Organización Mundial de la Salud y otras organizaciones médicas internacionales reconocieron a la Fibromialgia como una patología de reumatismo no articular. El pasado 12 de mayo fue el Día Internacional de la Fibromialgia y el Síndrome de la Fatiga Crónica y muchas organizaciones de salud en el mundo han desarrollado campañas que combaten esta enfermedad desde la prevención. ¿Sientes un dolor muscular en todo el cuerpo? Una clara descripción que caracteriza a la misma es dolor en el músculo esquelético generalizado y sensación dolorosa a la presión en unos puntos específicos del cuerpo. Este dolor se parece al originado en las articulaciones, pero no es una enfermedad articular.
Es entonces, el momento de hacerte un chequeo médico, pues podrías ser víctima de ésta enfermedad, incómoda y dolorosa, que suele afectar más a las mujeres que a los hombres. Dolor en el cuerpo durante semanas, fatiga, trastornos del sueño, dolor de cabeza, cólicos, depresión, adormecimiento de los brazos y las piernas, al igual que distensión abdominal y ansiedad, son algunos de los síntomas de la temida patología. La palabra fibromialgia (FM) significa dolor en los músculos y en el tejido fibroso (ligamentos y tendones).
Aún no se ha podido generar la cura para dicha enfermedad, pero sus tratamientos se aplican para disminuir algunos síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente. Además del tratamiento médico, los expertos recomiendan terapia con ejercicios y técnicas de relajación, que combinan con terapia de conducta. Se aconseja también dormir ocho horas al día, como promedio y alimentarse bien.
La edad en que suele manifestarse la fibromialgia ronda entre los 30 y los 50 años, lamentablemente aún una edad activa para las mujeres. La padece entre el 2% al 6% de la población. Puede presentarse como única alteración (fibromialgia primaria) o asociada a otras enfermedades (fibromialgia concomitante)

Sintomatología
Aunque su grupo de síntomas se pueden controlar, el dolor puede, en algunos momentos, interrumpir la rutina diaria. Las cifras lo demuestran: el 90% de los pacientes tienen cansancio, el 70 – 80% trastornos del sueño y hasta un 25% ansiedad o depresión. También son muy frecuentes síntomas como mala tolerancia al esfuerzo, sensación de rigidez generalizada (sobre todo al levantarse por las mañanas), sensación de inflamación mal delimitada en manos y pies, hormigueos que afectan de forma difusa sobre a las manos, jaquecas, dolores en la menstruación, colon irritable, sequedad en la boca y los ojos. La persona que busca la ayuda del médico suele decir "me duele todo’, pero otras veces es referido como quemazón, molestia o desazón. Con frecuencia el dolor varía en relación con la hora del día, el nivel de actividad, los cambios climáticos, la falta de sueño o el estrés.
Aún no se ha podido generar la cura para dicha enfermedad, pero sus tratamientos se aplican para disminuir algunos síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente.
Algunos expertos científicos señalan que esta enfermedad puede ser genética, mientras, aunque las razones de su padecimiento no son del todo precisas, otros aseguran que puede aparecer después de acontecimientos estresantes o traumáticos, como accidentes automovilísticos; lesiones recurrentes; malestares o dolencias.
Es importante conocer la naturaleza de la enfermedad y cuales son los factores desencadenantes de brotes, realizar tratamiento de las alteraciones psicológicas asociadas si las hay (ansiedad y depresión) y ejercicio físico suave diariamente. Es importante establecer las mejores condiciones para un sueño reparador. Tener una cama no excesivamente blanda ni excesivamente dura, así como una almohada baja. Evitar la ingesta de sustancias y bebidas estimulantes, las temperaturas extremas y los ruidos y luces. Es importante visitar a tu médico cuando percibas algunos de los síntomas de esta incómoda enfermedad, que aunque no tiene cura, su detección temprana mejora las posibilidades de controlarla.
Causas
No se conoce la causa de esta alteración, pero se piensa que hay muchos factores implicados. Hay personas que desarrollan la enfermedad sin causa aparente y en otras comienza después de procesos identificables como puede ser una infección bacteriana o viral, un accidente de automóvil o en otros casos aparece después de que otra enfermedad conocida limite la calidad de vida (artritis reumatoidea, lupus eritematoso, etc.).
Estos agentes desencadenantes no parecen causar la enfermedad, sino que lo que probablemente hacen es despertarla en una persona que ya tiene una anomalía oculta en la regulación de su capacidad de respuesta a determinados estímulos.
Diagnóstico
La fibromialgia se reconoce como un síndrome, lo que significa que el reumatólogo la identifica cuando encuentra en una persona determinadas alteraciones que concuerdan con las que han sido previamente fijadas por expertos para su diagnóstico. Es muy importante establecer un diagnóstico firme porque ahorra una peregrinación en busca de diagnósticos o tratamientos, mejora la ansiedad que produce encontrarse mal sin saber por qué y permite fijar objetivos realistas.
Evolución
Los analgésicos disminuyen de manera parcial el dolor y sólo los debe tomar si su médico se lo indica. Otros grupos de medicamentos utilizados son los relajantes musculares que deben tomarse en tandas cortas y algunos fármacos antidepresivos que aumentan los niveles de serotonina y que mejoran los síntomas de la fibromialgia, pero todos ellos deben suministrarse bajo prescripción médica.
A pesar de tener un carácter benigno porque no produce secuelas físicas (no destruye las articulaciones, no ocasiona lesiones irreversibles ni deformidades) ni influye en la supervivencia del paciente, el impacto que origina en la calidad de vida de quien la padece es muy variable de unas personas a otras pudiendo ser limitante.
