La noche del 5 de octubre de 2015 Valeria Agüero era la coartada. La excusa de Ana Vanesa Roldán (34) para decir que estuvo en un boliche de Angaco bailando con su amiga. Pero las cosas se complicaron y la “coartada” pasó a ser testigo clave en el plan para intentar matar a la expareja de Roldán, Claudio Fabián Picón (30) quien se salvó de milagro esa noche en San Martín tras recibir un tiro en el abdomen. Tan comprometedor fue el testimonio de Agüero, que cuatro de los cinco que iban con ella en el auto de uno de los acusados terminaron presos. Ayer, entre lágrimas, ratificó en la Sala I de la Cámara Penal cada cosa que vio y escuchó esa noche, incluso dejó sentada la sospecha de que su examiga y quien era su pareja por entonces, Andrés Tomás Ocampo (36), le hubiesen pagado a Ricardo Ariel Galleguillo (48) a su hijo Matías Exequiel (22) y a otro sujeto aún no identificado, para que liquidaran a Picón.
“Tras los tiros Ocampo le dio $50 a uno y yo les dije ¿eso vale la vida de Claudio?”. Según Agüero, eso ocurrió cuando Ocampo volvió con ella y Roldán a dejar en su casa de Rawson a los tres “sicarios”, supuestamente contratados para matar a Picón. Agüero dijo que tras ese ataque, se reían porque Picón “gritaba como una nena”. Y que, ya en Rawson, se pusieron a tomar cerveza, como si nada.
“Lo que has hecho no es de amiga, es de una hija de put…”, le dijo Agüero a Roldán, cuando le aclaró que ella le contaría todo a la Policía, a pesar de la amenaza de matarla a ella, a sus hijos y a toda su familia. Según la joven, tan traumática resultó esa experiencia, que perdió un bebé.
Picón también llegó ayer a Tribunales. Dijo que esa noche su ex lo citó a su casa y él fue, pero para aclararle que ya no quería nada con ella. Que al llegar y no hallarla, salió en su moto y a los metros conoció el auto de Ocampo y le efectuaron un tiro. Que no supo qué hacer y se volvió y ahí recibió otro disparo. Que saltó un canal y le avisó a su hermana. Hoy está discapacitado, porque perdió un riñón, el baso, la vesícula, parte del hígado. Aún tiene la bala entre las vértebras. “Estoy discapacitado, sólo pido justicia”, dijo el joven.