Una astuta e inesperada jugada de la vicepresidenta y titular del Senado, Cristina Fernández de Kirchner, logró dar un batacazo ayer en el Consejo de la Magistratura: sumó una banca (ya tenía 2) en ese organismo de selección de jueces lo que coloca al oficialismo en ventaja en órgano de decisión clave para el funcionamiento de la Justicia. La medida fue avalada por el Gobierno nacional pero como la maniobra del Senado no tuvo su correlato en Diputados, se profundizó la grieta en el seno de la alianza gobernante con gruesos reproches al presidente de la Cámara Baja, Sergio Massa, por designar -como dice la ley- a un legislador por la minoría, en este caso la diputada de la UCR, Roxana Reyes.
Cuando Juntos por el Cambio hacía berrinche porque el Congreso demoraba la designación de los consejeros de ambas cámaras que, según la ley le correspondía a la oposición, Cristina ordenó partir en dos el bloque del Frente de Todos (FdT) en el Senado y dejó con las manos vacías a la oposición.
Según la legislación vigente, dos integrantes le corresponden al bloque de senadores que tenga mayoría, otro al que le sigue en cantidad de miembros y otro más al tercer espacio, con lo cual, al FdT le corresponderían tres asientos en el Consejo y uno a JxC.
En dos notas enviadas a la presidenta del Senado, la bancada de senadores nacionales del FdT anunció la creación de dos espacios, uno integrado por 21 senadores y otro con 14 miembros.
De esta forma, el interbloque oficialista se quedó con el nombre de Frente de Todos y tendrá bajo su paraguas al bloque Frente Nacional y Popular, presidido por el propio Mayans, y a Unidad Ciudadana, conducido por la bonaerense Juliana di Tulio.
El bloque mayoritario responde al presidente Alberto Fernández y a los gobernadores, mientras que el más pequeño responde al kirchnerismo duro.
Esta maniobra le permitió al kirchnerismo en el Senado sumar a la Magistratura un consejero por la segunda minoría, desplazando de ese lugar a JxC, lo que le abrió la puerta a Cristina para que sentara en la Magistratura a un alfil de su propio riñón, Martín Doñate, senador de Río Negro.
Así, quedaba fuera del Consejo el senador cordobés de Juntos por el Cambio Luis Juez, que había sido nominado por ese espacio en representación de la segunda minoría que perdió ese status con la división del bloque oficialista.
La ley que rige desde el 15 de abril último -tras vencer el plazo de la Corte Suprema para volver a los 20 miembros del Consejo de la Magistratura- sostiene que deben ser 8 los legisladores en el Consejo, 4 por cada Cámara. "Los presidentes de la Cámara de Senadores y de Diputados, a propuesta de los respectivos bloques, designarán cuatro legisladores por cada una de ellas, correspondiendo dos al bloque con mayor representación legislativa, uno por la primera minoría y uno por la segunda minoría".
En el Senado, hasta el martes, el bloque mayoritario era el Frente de Todos (35), la primera minoría era la UCR (18) y la segunda minoría, el Pro (9). Por eso, el Pro había anunciado que Luis Juez sería su representante en el Consejo. Con la jugada anunciada de Cristina, el Frente Nacional y Popular (21) es el más numeroso, seguido por la UCR (18) y, como segunda minoría, Unidad Ciudadana (14).
Por eso, la Presidencia del Senado anunció ayer la designación de Martín Doñate. De esta manera, los senadores Mariano Recalde y la chaqueña María Pilatti Vergara, que ya habían sido nombrados en 2020, son los 2 consejeros por la mayoría (Frente Nacional y Popular), Silvia Giacoppo representa a la primera minoría (UCR) y Doñate representará a la flamante segunda minoría (Unidad Ciudadana).
El jefe de Gabinete, Juan Manzur, avaló esta jugada y la consideró "perfectamente legal".
Rosatti y camaristas
El presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, se reunió con los presidentes de las cámaras federales de todo el país para enviar una señal de unidad de la Justicia en momentos en que el máximo tribunal está sometido a las críticas del kirchnerismo por su desembarco al frente del Consejo de la Magistratura.
Martínez, con disconformidad
El jefe del bloque de diputados del Frente de Todos, Germán Martínez, aseguró ayer que no está de acuerdo con la designación de la diputada radical Roxana Reyes para el Consejo de la Magistratura dispuesta por el presidente de la Cámara, Sergio Massa.
"Le transmití (a Sergio Massa): no estoy de acuerdo con la resolución firmada por el presidente de la Cámara respecto a la designación de la diputada nacional Reyes, de la Unión Cívica Radical", dijo el parlamentario.
"La composición de los cuatro miembros que Diputados tiene que enviar al Consejo (tres ya están enviados desde 2018) va a quedar en contradicción con lo dispuesto por el artículo 2 del Consejo de la Magistratura", advirtió Martínez, y continuó: "Nosotros somos, claramente, el bloque parlamentario con mayor cantidad de integrantes. Nos corresponderían dos integrantes y vamos a quedar sólo con uno, que es Vanesa Siley".
Los K tienen mayor poder
Con la conformación actual, ni la oposición ni el oficialismo tienen por sí solos los votos necesarios para elegir ni para suspender jueces. La llegada de Martín Doñate le dio más de aire al oficialismo que podría contar con unos 9 votos propios, los mismos que llegaría a juntar la oposición. Para el quórum, son necesarios 12 votos de los 20. El kirchnerismo, si no pierde a nadie en sus filas, sumando a la abogada María Fernanda Vázquez y posiblemente a la académica Pamela Tolosa, además de Doñate, estaría en condiciones de bloquear el funcionamiento del Consejo. Ninguna terna podría ser aprobada ni ningún juez sometido a juicio político sin el voto de alguno de los kirchneristas o sus aliados. Esas decisiones requieren dos tercios de los miembros presentes en el plenario. Si estuvieran todos, se trata de 13 votos. Ahí tendrá, otra vez, un rol clave la diputada Graciela Camaño, que ya dio muestras de estar junto al kirchnerismo.