Señor director:

Eran casi las 8.30 de la mañana de hace unos días. El aire fresco y agradable del comienzo de la jornada primaveral daba para respirar hondo en medio del canto de los pájaros. En eso que caminaba por mi barrio rumbo a mi trabajo veo a una señora joven en la vereda, que llenaba un recipiente con alimento para perros y otro con agua limpia y fresca. Entonces tres "comensales" moviendo sus colas comían y bebían, mientras la mujer les hablaba con mucho cariño. Esa empatía que mostraba esta persona hacia los seres vivos, hacia el medio ambiente es digna de destacar. Se trata de un gesto solidario de compasión hacia los animales, en este caso a perros de la calle. Los animales mostraron gratitud solo con el gesto que Dios les dio, el mover sus colas en señal de alegría. Al mirar esta escena pensé que sería muy bueno que brindáramos buenos gestos hacia las personas, como a la flora y fauna, porque en definitiva, todos somos parte de este planeta. Ese granito de arena se puede multiplicar y mejorar nuestro hábitat. Intentemos ser más solidarios.