En plena siesta, con un sol tibio y bajo el cielo totalmente despejado, más de 3.000 personas se pusieron de pie, con sus sombreros, boinas y gorras sobre el pecho y cantaron lo que los huaqueños llaman "el himno del pueblo". Ni bien comenzaron a sonar los acordes de guitarra de "Vallecito", uno de los temas más populares de Buenaventura Luna, a más de uno se le corrió una lágrima y todos cantaron con tanta emoción que crispó la piel de los que nunca habían visto un homenaje, casi improvisado, en honor al poeta jachallero, Eusebio Dojorti, conocido también como Don Buenaventura Luna. Así cerró su presentación el Chango Huaqueño en la Fiesta del Molino Viejo que se realizó ayer en Huaco, Jáchal. Desde la Municipalidad jachallera dijeron que la cantidad de público fue récord.
Pasada las 10, el predio que está al lado del viejo molino comenzó a llenarse de gente. Las parrillas empezaron a pintar una postal única y cerca del mediodía el aroma a asado fue inevitable. Hubo tanta gente que faltó lugar para estacionar vehículos. Oficialmente, la fiesta comenzó pasada las 13, pero eran las 16 y seguía ingresando público.
Fue una jornada en la que el clima ayudó. Un día tibio, sin viento ni nubes, fue propicio para que la gente pudiera disfrutar de la comida y también de los espectáculos artísticos. Es por eso que la fiesta se extendió hasta que el sol desapareció entre los cerros.
La cabalgata
51 kilómetro es la distancia que recorrieron los gauchos que realizaron la Cabalgata en honor a Don Buenaventura Luna. Partieron de San José de Jáchal y llegaron a Huaco por la cuesta.
La Fiesta del Molino Viejo se hace para rendir homenaje a Buenaventura Luna. Es por eso que las actividades se extienden durante varios días. El viernes largó la cabalgata desde San José de Jáchal. Los jinetes, luego de hacer algunas postas, llegaron a Huaco el sábado y ayer ya estaban dispuestos para disfrutar de la fiesta central.
El cementerio, donde se encuentra la tumba del poeta, fue epicentro de los primeros homenajes de ayer y que fueron organizados por la Municipalidad de Jáchal. Luego siguió todo al lado del molino.
Si bien muchos llevaron el asado para degustar, hubo varios puestos donde la vedette fueron los chorizos, pero sobre todo, los pasteles fritos. No faltaron los artesanos que se apostaron en el predio para ofrecer sus productos. También hubo juegos para los más chicos.
Las postales
Por el escenario principal del predio huaqueño pasaron artistas de primer nivel. Además actuó una academia de danza de Jáchal. Sin embargo la gente esperó expectante el momento que, se sabía, iba ser el más emotivo: la actuación del Chango Huaqueño. El folclorista, que es como un prócer para los huaqueños, subió al escenario vistiendo un atuendo impecable. Blanco y negro, con un poncho sobre el hombro, el cantante se sentó al lado de la corporización de Don Buena Ventura Luna, que está al costado del molino y comenzó a puntear la guitarra. Como si hablara con el poeta, recitó algunos de sus versos y comenzó a cantar sus canciones. Fue una postal que los presentes aplaudieron con fuerza y una buena manera de comenzar su presentación ante la multitud que se emocionó hasta las lágrimas con todas sus canciones. Esto sucedió alrededor de las 15.
Jachalleros e iglesianos se reunieron para homenajear a Don Buenaventura Luna. Así fue que, tras cabalgar más de un día, escogieron un sitio en el predio y comenzaron a preparar el almuerzo para más de 60 jinetes que participaron de la cabalgata. Lo distinto fue que no usaron parrilla y se animaron a preparar un asado a la olla. Temprano comenzaron a picar cebollas y a hervir el caldo para preparar el menú.
Entre los organizadores estuvieron los integrantes de la Agrupación Gaucha de Jáchal y como invitados fueron los jinetes del Centro Tradicionalista de Tudcum, Iglesia.
Las mujeres comenzaron a cocinar temprano para dar de almorzar a los jinetes que salieron de cabalgata el pasado viernes. Luego de realizar algunas postas, llegaron el sábado al predio de Huaco donde acamparon hasta ayer para esperar la fiesta.
La Fiesta del Molino Viejo tiene un significado importante para los jachalleros. Es por eso que para muchos es un clásico que no se pierden. Esto es lo que sucedió con un grupo de amigos que llegó al predio cerca de las 10 de la mañana de ayer. Instalaron un gazebo para protegerse del sol y comenzaron a hacer las brasas para el tradicional asado. Así fue que antes del almuerzo, y tal como lo hacen todos los años, los jachalleros sacaron desde salame hasta bondiola que compartieron con el resto de gente que estaba allí. "Es una tradición carnear cada 20 de junio para el Día del Amigo. Luego, disfrutamos de todo lo que hicimos para la Fiesta del Molino Viejo", dijo uno de los integrantes del grupo que se apostó en una loma, al costado del predio para tener una visual privilegiada del espectáculo musical que comenzó pasadas las 13. Los amigos se quedaron hasta tarde.