En la última declaración indagatoria de Nahir Galarza, la joven que confesó haber asesinado a Fernando Pastorizzo incluyó detalles sobre lo que habría sucedido en las horas previas al crimen y el momento del desenlace fatal: habló de celos, de una discusión, un forcejeo en la moto, una caída y de disparos accidentales.

 

Sin embargo, tanto su versión como la de una vecina que trascendió en las últimas semanas, pierden cada vez más fuerza a medida que se conocen nuevas precisiones del hecho. Ahora, otro de los elementos que está bajo la lupa es el casco que el joven llevaba con él al momento de su muerte.

 

La imputada por homicidio doblemente agravado por el vínculo y el uso de armas contó en su versión que luego de una discusión Fernando, con el arma en su poder, la obliga a subirse a la moto y la lleva hasta el lugar donde ocurrió el crimen, a metros de la casa de la abuela de la joven. Ya sobre el vehículo, según ella, la discusión siguió.

 

“Cuando llegamos a la calle de la casa de mi abuela iba tan rápido que cuando dobló perdió el control de la moto y en ese momento me agarro de él, él agarra la moto con las dos manos, casi nos caímos, y cuando me agarro de él, le saqué la pistola. Ni siquiera miré cómo la agarré”, relató Nahir sobre el instante antes de que, según ella, se disparara accidentalmente el arma, haciéndolos caer finalmente del vehículo.

 

 

Sin embargo, según manifestó el fiscal de la causa, Sergio Rondoni Caffa, no se halló en la autopsia “evidencia corporal” para demostrar que la moto iba en marcha al momento de recibir el primer balazo y que “la falta de roturas significativas en el rodado” respaldan la hipótesis de que la moto estaba detenida. En los análisis a Nahir tampoco se encontraron heridas que se correspondan con la caída desde una moto.

 

A partir de la información disponible y de la evidencia hallada en la escena del crimen, en la fiscalía creen que Fernando Pastorizzo frenó su moto en la calle General Paz al 400 o transitaba a una baja velocidad cuando Nahir Galarza le disparó el primer tiro por la espalda.

 

En este punto es donde el casco del joven podría ser crucial. En primer lugar, cuando Fernando fue hallado muerto, el casco estaba tirado a un metro y medio del cuerpo, junto con el de Nahir, lo que indica que no lo tendría puesto. Amigos y familiares de la víctima aseguraron que el joven “siempre lo llevaba puesto” cuando manejaba, por lo que se supone que al momento de los disparos ya habían frenado.

 

 

Además, al momento del hallazgo la moto estaba detenida y sin ningún tipo de golpes o daños. Es por eso que creen que Fernando estaría sentado o parado junto a su moto al momento de recibir los dos disparos. En ese caso, la versión del forcejeo y la caída de Nahir quedaría desestimada.

 

Por otro lado, la vecina de la imputada que declaró que había escuchado en reiteradas oportunidades discusiones y maltratos entre Fernando y Nahir, dijo que ninguno de los jóvenes llevaba casco al salir de la casa, cuando en la escena sí se encontraron dos cascos.

 

En los momentos finales de la investigación, todas estas contradicciones deberán ser evaluadas por la fiscalía y la querella, y expuestas a la hora del juicio. Nahir Galarza deberá poder explicar en esa oportunidad todos los pequeños detalles que se tornan fundamentales para comprender cómo fue el crimen y que podrían así influir en una eventual condena.